Las bicicletas son para el verano... siempre y cuando cumplas las normas básicas de la DGT. Pero como nuestro medio de transporte favorito, hay muchos otros objetos que usamos habitualmente que, en determinados lugares, tienen normas de uso muy específicas o están directamente prohibidos.
A estas alturas de la temporada, ya todos conocemos algunas normas básicas del verano español. Pero lo cierto es que cambian según la comunidad autónoma. En ciudades Alicante, por ejemplo, las multas por hacer ruido (incluido el altavoz en la playa, la conversación ruidosa del chiringuito o las fiestas nocturnas en pisos de alquiler) te pueden acarrear multas de hasta 500 euros. está prohibido pasear por la calle en bañador. Y en Mallorca se ha recrudecido la normativa que regula el consumo de las bebidas alcohólicas en la calle. Pero hay una norma que, aunque es ubicua en todo el territorio español, mucha gente se salta exponiéndose a las temidas multas: la prohibición de caminar en bañador por las zonas urbanas.
Aunque parezca una medida un poco estricta, uno no puede darse un paseo por la Rambla en Barcelona en bañador, ni por el parque Maria Luisa en Sevilla en bikini, ni por la calle Corrida de Gijón en tanga carioca. Qué le vamos a hacer. Lo cierto que las medidas restrictivas veraniegas en nuestro país se quedan cortas comparadas con otras un tanto más insólitas de otras latitudes.
Si tienes pensado darte una vuelta por Dubrovnik ten en cuenta que, en el centro de la ciudad no puedes arrastrar tu maleta con rueditas: aparentemente el traqueteo por las adoquinadas calles es más de lo que los croatas están dispuestos a soportar. Y la verdad es que cualquiera que viva en alguna zona céntrica y duerma en verano con las ventana abierta puede dar fé de lo incómodo que es ese momento cuando los turistas madrugadores se pasean con sus trolleys por ahí.
En Grecia doblan la apuesta, y tienen prohibido... los tacones. Aunque más que por el ruido, lo hacen por la conservación de los monumentos. Entendible, durante años, los miles de turistas que visitan el país heleno han ido 'dejando huella' en sus antiquísimas piedras. Y de todas maneras, ya se sabe que lo mejor para ir a pasear es al calzado cómodo.
En Capri, se pasan al otros extremo y lo que tienen prohibido son la chanclas, por un tema de tropezones y accidentes. Y en Amsterdam nada palos de selfie en los museos. Pero sin duda la multa de casi 1.000 euros en Singapur por... masticar chicle, es la más insólita, y la que podría hacer caer a más turistas. Lo mismo, los estampados militares: prohibidos en Birmania.
Fumar en la playa, alimentar a animales en la calle o tirar basura en la vía publica parecen medidas mas de sentido común y la aplican la gran mayoría de destinos en el mundo. Aunque los montos entre 700 y 2.500 con los que te pueden penaliza ren Tenerife pueden resultar un poco excesivos para algunos.