España es el país del turismo por excelencia. Es un país tan diverso que en él pueden darse diferentes tipos de turismo: cultural, de playa, de aventura, rural, ecológico, de nieve y gastronómico. Precisamente, la gastronomía y el turismo han estado siempre íntimamente ligados en nuestro país.
El turismo gastronómico es un tipo de turismo que tiene como principal objetivo mostrar al viajero la cultura local desde un punto de vista culinario. La gastronomía sirve como punto de partida y es el argumento principal por el cual conocer la cultura de un país o un lugar. En cierta medida, muestra al viajero, desde un punto de vista cultural, lo que se come en ese lugar.
Se basa, por tanto, en disfrutar de la comida mientras viajamos y conocemos lugares desconocidos. De hecho, cada vez son más los turistas que se decantan a viajar a un lugar u otro en función de su gastronomía. Y España, precisamente, se halla entre los países más elegidos por ello. Es por eso que la revista de viajes National Geographic recopila los mejores lugares en los que hacer una parada gastronómica por la riqueza culinaria de cada uno de ellos. Así que veamos los 10 pueblos de España donde además se come de lujo.
Esta villa histórica de Valladolid rodeada de bodegas pertenecientes a la Denominación de Origen Ribera del Duero cuenta con un restaurante con estrella Michelin: Amvibium. El chef Cristóbal Muñoz homenajea al producto local y a la viticultura de la zona en un «cruce de caminos» de tradición e innovación.
En el suroeste de Castilla y La Mancha y en el límite oeste del Campo de Montiel, se encuentra Torrenueva. Se ubica sobre una ligera llanura con horizontes despejados, tierra de mil colores en los que destaca La Caminera, un paraíso para amantes del golf que cuenta con el restaurante Retama. Gracias a su trabajo gastronómico con los mejores productos manchegos, mantiene su estrella Michelin por tercer año consecutivo y ha ganado dos veces el reconocimiento del Sol Repsol.
El lechazo asado ha puesto en el mapa gastronómico a Aranda de Duero. Este plato tradicional es una de las especialidades de la zona, sobre todo si se cocina en horno de barro y se marida con el mejor Ribera. Para degustarlo a la manera tradicional, qué mejor que acudir a El 51 del Sol, donde el chef David Izquierdo trabaja el producto de la tierra llevándolo a su máximo exponente.
Municipio y localidad de Zamora, Catroverde de los Campos es ideal para los amantes de la caza y de la buena gastronomía gracias al restaurante Lera, del chef Luis Alberto Lera y su abuelo Cecilio. Con dos soles de la Guía Repsol, una estrella Michelin y una estrella verde Michelin, el pichón es su plato estrella.
Javier Sanz y Juan Sahuquillo han hecho de Casas Ibáñez una parada obligatoria en Albacete. Y todo gracias a su restaurante, Cañitas Maite. En él conviven dos ofertas gastronómicas, cuya seña de identidad es la excelencia en el producto con una cocina depurada y técnica, que busca ensalzarlo respetando su esencia.
Un auténtico gastro-pueblo en La Rioja que destaca por sus pintxos en tres restaurantes principales: Echaurren Tradición, de Francis Paniego, donde te enamorarán sus croquetas y sus callos; El Portal, con dos estrellas Michelin y con una particular versión de los platos de casquería, y Casa Masip, donde no puedes irte sin probar sus pintxos, boletus de temperada y su ensaladilla rusa.
Uno de los pueblos más bonitos por sus calles empedradas también puede presumir de una gastronomía de ensueño que pone el broche de oro en los restaurantes El molino de Alcuneza, El Doncel y el Bar Alameda, donde se trabaja la cocina castellana desde la vanguardia o la tradición más castiza.
Si Carballiño es el pueblo por antonomasia del pulpo, Betanzos es el de la tortilla de patata. Conocido mundialmente, este municipio marinero de la provincia de La Coruña ha conseguido tanta fama que se ha hecho con la Denominación de Origen por la buena calidad de sus tubérculos. Imprescindible pedir un pincho en Casa Mirando y Mesón O Pote.
La ciudad medieval de Cáceres cuenta con un fuerte atractivo turístico y culinario gracias a platos como las migas, el zorongollo, el jamón ibérico o el queso extremeño. Los lugares sagrados son La Troya y el Bizcocho.
La villa de Dalí es un destino foodie de primer orden por mantener sus tascas tradicionales mediterránea y un tanto folclóricas como Casa Anita, que ha acogido en sus meses al actor Kirk Douglas o la bailaora La Chunga. El ambiente acogedor, el trato familiar de Juanito y la cocina casera de Ana Mari han hecho del establecimiento una visita obligada para los amantes del buen comer. Las tradicionales paellas con gambas y el pescado fresco a la plancha son algunas de las especialidades que han dado fama a este local emblemático.