Seis islas de España que no están en Canarias ni en Baleares y querrás visitar
Son islas que se libran del turismo infernal de los veranos por su especial protección medioambiental, las dificultades para llegar a ellas o simplemente porque no hay espacio para el hombre
Algunas de estas islas albergan tesoros arqueológicos de la época romana y su pueblo se amuralló para protegerse de las incursiones de los piratas
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Las costas españolas están rodeadas de islas de pequeño tamaño de una belleza similar o superior a las del archipiélago canario y balear. Son mucho menos conocidas, algunas todavía están habitadas, cuentan con yacimientos de la época romana, recintos amurallados para defenderse de piratas y extranjeros o faros que siguen iluminando a los marineros, además, atesoran parte de la historia de nuestros antepasados o su propiedad sigue en disputa.
En Uppers hemos “navegado” para localizar qué islas de España no están en Canarias ni en Baleares hasta escoger aquellas más peculiares y enigmáticas. En ellas nos hemos sentido diferentes, sus únicos habitantes y esa sensación extraña que genera verse rodeado totalmente por el mar.
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1.Isla de Alborán, Andalucía
En el mar Mediterráneo, en su parte occidental, a 85 kilómetros al sur de la provincia de Almería y a unos 55 kilómetros al norte de la costa de Marruecos, una erupción volcánica hizo sobresalir este pedazo de tierra. La isla tiene solo 576 metros de longitud y 239 metros de superficie que a vista de pájaro parece un triángulo isósceles irregular.
Esta área del Mediterráneo, desde Gibraltar hasta el Cabo de Gata. toma el nombre de la isla y por eso se llama Mar de Alborán. Hay vestigios como anclas romanas y ánforas que se han ido localizando junto a sus costas que demuestra que este istmo ya estaba habitado por nuestros antepasados. Un dato significativo arraigado a sus tierras volcánicas es que hacia la mitad de la década de los años 60 los marineros de varios barcos de pesca soviéticos intentaron asentarse en la isla.
Después, como medida de protección del territorio, se tomó la decisión de que el Ejército español tuviera en la Isla de Alborán un destacamento permanente. En el centro de la isla se encuentra la Cueva de Las Morenas que es un canal subterráneo navegable que la atraviesa, hay un pequeño cementerio, un faro, un helipuerto y un amarradero.
2.Isla de La Deva, Principado de Asturias
En el mar Cantábrico, en la costa de Asturias, se eleva la Isla de La Deva. Su peculiaridad y la flora y la fauna que alberga hicieron que se quisiera convertir en un espacio protegido junto a la playa que se encuentra enfrente ya en tierra. De este modo, la isla y la playa forman el Monumento Natural de la Isla La Deva y Playón de Bayas. Además, es Zona de Especial Protección para Aves.
El istmo es el de mayor tamaño de todas las aguas asturianas a pesar de medir solo unos 800 metros de largo por 400 metros de ancho. Lo que es considerable es su altura con una cota de casi 90 metros sobre el nivel del mar. Este promontorio es cuarcítico, lo que quiere decir que tiene un alto contenido de cuarzo. Concretamente se ubica junto al Cabo Vidrias y a unos 350 metros de la costa de los concejos de Castrillón y de Soto del Barco.
Al ser un promontorio atizado por el mar, a medida que se asciende en altura en sus acantilados varía la flora con algas y líquenes en el nivel más bajo, especies herbáceas que enraízan en las fisuras del acantilado, un tercer nivel de praderas y un cuarto de matorrales de tojos y brezos. En el lugar anidan y se refugian numerosas aves como distintos tipos de gaviotas, cormoranes diversos, garzas, el paíño europeo o el halcón peregrino. En la Deva también habita una subespecie de la lagartija roquera que es endémica.
3.Isla de Tabarca, Comunidad Valenciana
La Isla de Tabarca es una de las islas habitadas que no pertenece a Canarias ni a Baleares. La bañan las aguas del Mar Mediterráneo y se encuentra justo frente a la ciudad de Alicante y a 5.000 metros del cabo de Santa Pola. Los lugareños también la llaman Nova Tabarca o Isla Plana. Mide unos 1.800 metros de largo por unos 400 metros de ancho y forma un pequeño archipiélago junto a los islotes de menor tamaño, que son La Cantera, La Galera y la Nao.
En el pasado aquí se refugiaron piratas berberiscos y la isla debió sufrir muchas incursiones a lo largo de los siglos. Carlos III, ya en el XVIII, ordenó que se protegiera con una fortificación. También contrató la construcción de viviendas con el fin de formar un pueblo donde alojar a diversas familias de pescadores procedentes de la ciudad italiana de Génova, ya que esos pescadores estaban presos en Tabarka, una urbe de Túnez.
El recinto amurallado que rodea actualmente el núcleo urbano fue declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. La isla recibe muchos visitantes para pasar el día en sus playas y sus calas, pasear por su puerto marinero y degustar su gastronomía. Se accede en barco tanto desde Alicante, como desde Santa Pola o Benidorm.
4.Isla de Mouro, Cantabria
Frente a la península de la Magdalena, en la bahía de la ciudad de Santander, se encuentra la Isla de Mouro, una de las más pequeñas de toda la geografía española pues solo tiene menos de dos hectáreas de superficie. Cuenta la historia que hasta el XVIII esta isla del mar Cantábrico se llamaba Mogro que significa “castro”, haciendo referencia a una roca o un saliente de la costa que quedaba aislado por el mar.
No obstante, a finales de este siglo hubo una confusión que provocó que a partir de entonces fuera conocida por el nombre de Mouro. Se estaba elaborando el primer Atlas Hidrográfico de España y en esta publicación tan relevante se debían incluir todas las islas del país, pero el cartógrafo escribió mal su denominación.
En julio de 1812, durante la Guerra de la Independencia, los ingleses desembarcaron en la isla con el fin de bombardear a las tropas francesas que se habían asentado en la península de la Magdalena. Consiguieron expulsarlas y que las tropas españolas pudieran desembarcar en la playa de El Sardinero.
Durante el reinado de Isabel II, en 1858 se construyó un faro que sigue funcionando hoy, pero de forma automatizada. Por otra parte, es Reserva Natural por la biodiversidad de la isla pues están censadas más de 39 especies diferentes de peces que habitan sus aguas. Además, aunque no hay mucha vegetación, miles de aves la tienen colonizada aprovechando las grietas de las rocas para anidar.
5.Isla de Toralla, Galicia
La isla de Toralla es privada y todavía sigue generando polémica ya que las autoridades quieren abrirla al público. Está en la costa sur de la ría de Vigo, cerca de la playa del Vao y se trata de un promontorio urbanizado de unas 10 hectáreas al que se accede por un puente que termina en una barrera que impide el paso. Hay construidas 170 viviendas y una torre de pisos que alcanza los 70 metros de altura. Bajo esas casas esperan dos importantes yacimientos arqueológicos, por una parte, una necrópolis romana y, por otra, un castro de la Edad del Hierro.
6.Islas Cíes, Galicia
Galicia cuenta con su propio paraíso natural en las Islas Cíes, gracias a la naturaleza, el agua transparente que las baña y su arena espectacularmente blanca. Se encuentran en la ría de Vigo y para visitarlas hay que solicitar autorización ya que forman parte del Parque Natural Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. El archipiélago está formado por tres islas que se llaman Norte o Monteagudo, Del Medio o do Faro y Sur o San Martiño.
La orografía es muy peculiar porque las dos primeras islas se unen por una escollera y un arenal, que es la famosa Playa de Rodas. El lugar ofrece distintas rutas, múltiples calas donde bañarse, el faro y este arenal, del que dicen que es la mejor del mundo. Hay otras tres islas cercanas, la de Ons, la de Sálvora y la de Cortegada que pertenecen igualmente al Parque Nacional.