Irnos de vacaciones a veces es un suplicio. Si viajas en avión te tocan las largas colas del aeropuerto y, si prefieres hacer unos kilómetros en coche, resulta que te vas a comer más de un atasco en plena operación salida. Ya sin hablar de la masificación que sufren muchos destinos que al final hacen que descansar sea una auténtica odisea. Por eso mismo no son pocos los que prefieren destinos no tan frecuentes, en lugares más tranquilos que les obliguen a descansar. Por ejemplo, en el hotel más pequeño del mundo, que está en España y tienes que darte prisa si quieres visitarlo, porque ha anunciado que cerrará sus puertas.
Se trata del hotel Punta Grande, en la isla de El Hierro, uno de los lugares más remotos de España, considerado Bien de Interés Cultural y denominado el hotel más pequeño del mundo. Está ubicado sobre una lengua de lava junto al Atlántico, una casita revestida de piedra que se mimetiza con el paisaje.
Un lugar lleno de paz y tranquilidad, donde el sonido más recurrente es el de las olas rompiendo en las rocas y el olor a salitre propio de las costas canarias. El hotel, de cinco habitaciones, se remonta a 1830, cuando era una casa de pescadores. No fue hasta casi finales de siglo, con la llegada de una familia de Nueva Guinea para hacer negocios en la isla, cuando compran la casa y le construyen una planta más, que se convirtió en la primera aduana de El Hierro.
En el siglo XX se construye el puerto de la isla y, por tanto, el edificio queda abandonado hasta que un hombre se fijó en él y lo reformó, aunque no fue hasta la década de los 60 cuando entró en el mundo empresarial, convirtiéndose en la primera discoteca de la isla, para luego ser un restaurante y, a mitad de los 70, convertirse en un hotel, el más pequeño del mundo al entrar en el libro Guinness de los récords en 1984.
Es tan conocido que atrae huéspedes de absolutamente todos los puntos del mundo, y eso que llegar a El Hierro requiere de tiempo, ya que su pequeño aeropuerto solo recibe vuelos desde Tenerife y Gran Canaria.
Ahora, el icónico hotelito cerrará sus puertas. Lo hará a finales de año, por lo que, si quieres disfrutarlo, es el momento, siempre que la lista de espera para hospedarse te lo permita. Y eso se ante la lamentación de su propietario, David Nahmias, que señala que echará el cierre por “la falta de sensibilidad de las instituciones para que el entorno de Punta Grande cuente con las condiciones necesarias”.
“No podemos engañar a nuestros clientes ofreciendo un marco incomparable y que cuando lleguen se encuentren con unos accesos en un estado lamentable”. No obstante, recalca que no abandonará el edificio y que, al ser un Bien de Interés Cultural “no vamos a permitir que algo tan emblemático se convierta en una ruina”.