Guayabera, la prenda (y la fiesta) de ida y vuelta

  • 'La Real Orden Gaditana de la Guayabera' organiza cada año su velada veraniega y su pregón reverdeciendo los lazos que unen a Cádiz con América a través de la prenda oficial del Caribe

  • El pregón de este año ha corrido a cargo del actor cubano Jorge Perugorría, protagonista de 'Fresa y chocolate'

  • Nuestro experto en gastro en Uppers, Antonio Hernández-Rodicio, ha sido nuevamente clave en la organización del evento

Desde hace más de una década, un grupo de amigos se reúne el segundo sábado de julio en Cádiz para participar en un ceremonial en el que se rinde culto a la guayabera. Esa prenda que finalmente se ha puesto de moda, se ha actualizado y ha ganado espacio con nuevas paletas de colores, tejidos y acabados. Se ha rejuvenecido y ha conquistado nuevos espacios para la moda y la comodidad masculina.

Guayabera (en Cuba y España), yayabera (por el río Yayabo de Cuba, cerca de donde nació, en Sancti Espíritu), cubanita (en distintas zonas de Andalucía), sahariana (en distintas zonas de nuestro país), chacabana (Dominicana), guayabel (Haití), shirt-jack (Panamá), camisón yucateca o camisa de boda y muchas denominaciones más que encontrará en los países de habla hispana para definir a una prenda que tiene como características los cuatro bolsillos por parejas, al pecho y por debajo de la cintura y unas alforzas verticales que cruzan la prenda en paralelo. No hay más, ni menos. 

De lino o algodón pero también de hilo o alpaca, cuanto más finas y etéreas, mejor. Las guayaberas se han ido imponiendo como prenda del verano. Ligeras, transpirables y elegantes sustituyen perfectamente el atavío tradicional -y ridículo en verano- de calzarse una chaqueta y una corbata en los actos sociales. Como se sabe, en todo América es prenda oficial protocolaria, incluidas las cumbre iberoamericanas, donde hasta su majestad el Rey la luce. En Cádiz, la insistencia y la tradición han logrado que instituciones como la Diputación provincial la hayan incluido en su protocolo durante la canícula.

¿Pero qué celebran estos gaditanos?

La real Orden Gaditana de la Guayabera nació en 1985, fundada por un grupo de gaditanos que rendían culto a la prenda. Es una asociación sin ánimo de lucro y sin personalidad jurídica y además es real (en minúscula) porque existe, no porque tenga o goce de privilegio regio alguno.

“La guayabera la llevaban nuestros abuelos y nuestros padres. Siempre ha sido una prenda veraniega y elegante. Solo honramos la tradición y aprovechamos para revivir los lazos fraternales y profundos que unen históricamente a Cádiz con los pueblos del otro lado del Atlántico”, explica el periodista Carlos Alarcón, uno de los fundadores.

En efecto, la guayabera es el cauce, el argumento o la coartada para reverdecer ese camino oceánico de ida y vuelta que cubre de memoria el puente marítimo entre Cádiz y las Antillas. Desde 1509, Cádiz dispuso de un sistema estable de comunicación marítima con América a través de los convoyes de flotas y galeones y en 1679 se traslada oficialmente la cabecera de la Carrera de Indias a Cádiz, que mantuvo actividad fluida e intercambios comerciales con el otro lado del charco hasta entrado el siglo XIX, incluso con las guerras napoleónicas vivas.

Esta relación secular ha moldeado notablemente la ciudad de Cádiz. No solo se aprecia una profunda huella en las calles, en los nombres de los próceres americanos o los bustos erigidos en su memoria, sino en el paisanaje, en el mestizaje y en una forma muy similar de entender la vida. 

Jorge Perugorría, pregonero

El pregón de la velada (fiesta) de este año, que se celebró el pasado sábado en el Baluarte de los Mártires, una fortaleza anclada en el mar, justo a la hora del atardecer en la Playa de la Caleta, con la asistencia de unas 250 personas vistiendo guayaberas, lo ofreció el actor cubano más internacional, Jorge Perugorría, protagonista de la célebre película 'Fresa y chocolate', quien reflexionaba en las horas previas sobre la relación entre Cádiz y La Habana, ciudades hermanadas oficialmente en 1993 aunque compartiendo lazos desde siglos atrás.

“Cádiz y La Habana son dos ciudades mágicas, que inspiran a poetas, músicos, artistas. Esas características vienen por el carácter abierto de las ciudades portuarias, abiertas el paso de gente, que se nutren de un flujo intelectual, del mestizaje. Aparte de su arquitectura y su historia, los rasgos comunes son algo cognitivo que se han mantenido en las personas. Las ciudades están relacionadas desde hace siglos y aunque ese intercambio permanente desapareció, los lazos se han mantenido en el imaginario popular. Es muy interesante, es algo cimentado por al arte y el paisanaje, pero existe y se alimenta día a día”.

En años anteriores, el pregón lo han ofrecido diferentes personalidades que mantienen de igual forma una relación singular con Latinoamérica, entre ellos, el actor Juan Echanove, el escritor mexicano Jorge F. Hernández, el poeta y periodista Juan José Téllez, el humorista Carlos Latre, el expresidente de la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla o la periodista Carmen Morillo.

Perugorría, inició su disertación sobre la guayabera mencionando a algunos de sus más insignes usuarios: “Yo conocía a Gabo y cuando lo veía vestido con guayabera era un príncipe del caribe; Leonardo Padura recibió el príncipe de Asturias con guayabera amarilla y pelota de baseball en la mano; es una prenda que nos representa y se lleva con mucho orgullo.

Estuve en Brasilia presentando una película y nos recibió Lula en su último mandato. Llegué con mi guayabera y me empezó a tocar y me dijo que era su prenda favorita pero que sus asesores no le dejaban usarla porque la llenaba, de tabaco, mecheros, plumas y todo tipo de utensilios en los cuatro bolsillos. A Fito Páez se le ocurrió ponerse una en La Habana pero no iba bien: la guayabera y el rock and roll no pegan, la guayabera tiene su propia música, que es el son”.

Y remató Perugorria con unas décimas que cosieron a ambas ciudades: “Fiesta de la guayabera/ carnaval del almidón/ va en décimas mi pregón/ porque no hay mejor manera/ Cádiz guajira, quien fuera/ por un tiempo gaditano/ más nací como cubano /actor y medio poeta/ hoy me baño en la Caleta/ y el sol se fuma un habano”, y remató apelando al uso común de la prenda: “Usen todos guayabera/ celebremos este encuentro/ llevando a Cádiz por dentro/ pero con Cuba por fuera/ la luz es la costurera/ se plancha con poesía/ sigan en mi compañía/ oyendo versos rimados/ todos enguayaberados/ con “pisha” Perugorría”.