Ataúdes al hombro con vivos dentro: la fiesta de verano más rara de España (y del mundo)
Cada año en San José de Ribarteme se celebra una procesión que está entre las fiestas más raras del mundo
En ella portan ataúdes con personas vivas que agradecen de esta manera a Santa Marta la salvación tras haber pasado por algún problema
Con más de cinco siglos de historia, en los últimos años han tenido problemas con el párroco que ha querido impedir que se celebre
Las procesiones en España se han convertido en actos conocidos incluso internacionalmente por la devoción y la belleza de esos paseos con los santos. Cada uno tiene sus particularidades, tantas que en ocasiones las hay con ocurrencias impensables. Eso es lo que ocurre en San José de Ribarteme, en Pontevedra, una localidad que cada 29 de julio protagoniza una de las estampas más curiosas de España y del mundo con su romería, si hasta The Guardian la denominó la segunda fiesta más rara del mundo. ¿Por qué? ¿Qué ocurre cada 29 de julio para hacer su fiesta tan famosa?
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Cinco siglos de historia
La peculiaridad de esta romería es que los fieles portan ataúdes y dentro van personas vivas hasta el cementerio. Son más de cinco siglos los que esta localidad gallega lleva siguiendo esta tradición sorprendiendo al resto de españoles y a parte del mundo.
Cada 29 de julio la procesión inicia tras terminar los actos en honor a Santa Marta en la iglesia y, una vez suenan las campanas, da inicio la romería de los ataúdes abiertos con gente viva dentro que otros vecinos llevan a cuestas hasta el cementerio más próximo. Un trayecto en el que la gente va cantando las salmodias "Virxe Santa Marta, estrella do Norte, traemos-che os que viron a morte" (Virgen Santa Marta, estrella del norte, te traemos a los que vieron la muerte).
Un agradecimiento
Un canto que explica, más o menos, por qué hacen esta celebración. Las personas que van dentro de los ataúdes no lo hacer porque sí, sino para agradecer a Santa Marta la salvación tras haber estado en peligro por sufrir una enfermedad grave o pedir la salvación si se parece algún problema, una petición que se hace para ellos mismo o algún familiar. En el caso de los niños, eso sí, los féretros deben hacer la procesión vacíos.
Hay quien no quiere ir dentro de los ataúdes, por lo que siguen la procesión vistiendo un atuendo especial con una gasa blanca que cubre la ropa, además de una vela en la mano y se colocan justo detrás de Santa Marta.
Polémica con la Iglesia
Esta procesión, famosa en el mundo entero, no se celebró durante la pandemia, tampoco en 2022, aunque en este caso no fue por el virus, sino por la decisión del párroco Francisco Javier de Ramiro, ya que el cura se opuso al desfile de féretros mientras él se encontrase en la localidad.