En nuestro país tiene consideración de ciudad todo núcleo de población con más de 10.000 habitantes. Además, tiene que tener actividades económicas vinculadas al sector servicios, a la industria, los negocios y el ocio. Sin embargo, hay una localidad en la provincia de Burgos que tiene el título de ciudad y que solo contaba con 270 habitantes en 2021, según los datos del INE. Se trata de la ciudad más pequeña de España.
Hablamos de Frías, un emplazamiento a sólo una hora en coche de la ciudad de Burgos que parece extraído directamente de un cuento medieval. Ubicada en el norte de España, en la comunidad autónoma de Castilla y León, se ganó la categoría de ciudad en 1435. El rey Juan II de Castilla se la otorgó con el objetivo de intercambiarla por Peñafiel con Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, tal y como explican en ‘National Geographic’. Desde entonces mantiene el título, aunque por tamaño sea más un pueblo.
Frías se asienta en torno al peñasco de La Muela y en su punto más alto sobresale el impresionante castillo de los Velasco, una fortaleza que se construyó en el siglo X y fue clave para el rey Alfonso VIII. Le otorgó un valor estratégico fundamental en la defensa del Valle de Tobalina durante la Edad Media y hoy permanece en un más que notable estado de conservación.
Más allá del castillo, llaman la atención su pintoresco y tranquilo casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico. Las vertiginosas casas colgadas, que tanto recuerdan a las de Cuenca, y los restos del recinto amurallado junto a sus puertas, entre las que destacan las de Medina, el Postigo y la Cadena, son otro atractivo turístico cultural.
Bajo la colina espera el puente medieval, una de las joyas arquitectónicas de la provincia de Burgos. Construido en el siglo XII pero reconstruido en varias ocasiones, esta portentosa pasarela se alza sobre el río Ebro y se compone de seis arcos de medio punto. Además de su valor histórico y arquitectónico, impresiona por sus vistas del paisaje circundante. A ello hay que sumarle su perfecto estado de conservación.
La belleza de Frías no se limita a su arquitectura medieval, también destaca por la huella que ha dejado la historia religiosa en la ciudad. Son varias las iglesias que merece la pena visitar: la de San Vitores, que ya estaba en pie a comienzos del siglo XIII, la de San Vicente, ubicada al borde de una roca de modo que parece que se va a caer, o la Ermita de Nuestra Señora de la Hoz, ubicada en la pedanía de Tobera al abrigo de una imponente roca.