Finlandia es, cifras en mano, el país más feliz del mundo. No es ninguna sorpresa, en realidad lo viene siendo desde hace muchos años. Tampoco es desconocido el hecho de que los dos factores determinantes para que esto sea así no tienen que ver con sus (espectaculares) auroras boreales y sus paisajes de ensueño: se trata de una combinación de alta eficiencia educativa y bajísimos niveles de corrupción. Y no hace falta ser sociólogo para entender que hay una relación causal entre ambas.
Este ranking de la felicidad lo proporciona anualmente el Informe mundial de la felicidad 2024, que es fruto de la colaboración entre Gallup -consultora encargada de la encuesta- , el Oxford Wellbeing Research Centre, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU y un consejo editorial. Y los cuatro primeros lugares no solo son europeos sino que son nórdicos: Dinamarca, Islandia y Suecia son los siguientes en la lista. De esa región, solo Noruega queda 'relegada' al puesto siete tras Israel (5) y Países Bajos (6). Luxemburgo ocupa el octavo puesto y Suiza el noveno.
Una combinación de elementos geográficos -no solo de sol vive el hombre-, justicia social, desarrollo económico, estabilidad política y democracia plena ( a pesar de que varios son monarquías constitucionales), hacen que estas naciones puedan vivir a plenitud lo que llamamos 'estado del bienestar' (que no garantiza la felicidad, pero la acerca). El llamado 'modelo nórdico', combinación de economía de mercado, preocupación social y, más recientemente, buenas prácticas de recepción de inmigrantes, parece ser imbatible.
Solo en el puesto diez aparece el primer país 'feliz' fuera del viejo continente: Australia. Estos datos dan cuenta de un ordenamiento en el que el norte global se asienta en una desarrollo armónico, mientras que el sur, habitual proveedor de recursos naturales y mano de obra, permanece en una crisis constante. Es muy significativo que no figuren en los veinte primeros puestos ningún país de África (de hecho Sierra Leona y el Congo ocupan los últimos lugares de todo el ránking mundial) y que el único entre los países Latinos sea Costa Rica. Las grandes potencias imperiales como Inglaterra o España que, a diferencia de los países nórdicos, basaron su riqueza en el extractivismo de las colonias, no figuran tampoco en los primeros puestos.
Por último llaman la atención tanto la 'caída del imperio americano' -EE UU sale de los primeros veinte puestos por primera desde 2012-, como el quinto puesto de Israel a pesar del conflicto abierto con Hamás y de las represalias cometidas en la franja de Gaza. La percepción de la felicidad es relativa, pero tanto el declive y como el empoderamiento económicos son reales.