Los 7 pueblos medievales más bonitos de España, según National Geographic

España tiene rincones que no te esperas, pueblos que parecen sacados de verdaderos cuentos de príncipes y princesas, murallas y calles llenas de historia que nos transportan a épocas medievales. Los pueblos medievales son municipios nacidos en otra época que han sabido conservar su esencia histórica hasta la actualidad, su herencia medieval ha permanecido casi intacta y se han convertido en lugares dignos de visitar, tanto por su patrimonio como por su gastronomía.

En este sentido, la revista 'National Geographic' ha elaborado un listado de los pueblos medievales más bonitos de España, perfectos para visitar en una escapada de fin de semana en pareja, en familia o con amigos. “Hoy en día, estos bonitos pueblos son mucho más que callejuelas retorcidas. Son conjuntos históricos amurallados que presumen de contar con plazas empedradas, iglesias antiquísimas y unos baluartes y muros que dan fe de su importancia siglos atrás”, aseguran desde el medio.

Villas medievales con ese ‘algo especial’ en el que la historia, las leyendas y las tradiciones se entremezclan atrapando al visitante con ese encanto medieval que ha conseguido sobrevivir al paso del tiempo y hasta nuestros días. Estos son los siete pueblos medievales más bonitos de España, según la revista 'National Geographic', que bien merecen una visita. 

Alarcón, Cuenca

“En una pronunciada hoz del Júcar se alza sobre la llanura y la brecha del valle el peñasco que sustenta Alarcón, mirador y defensa natural donde los haya”, aseguran desde Turismo de Castilla La Mancha. Una localidad que destaca por la belleza y armonía de sus monumentos, rodeados por un espectacular entorno natural. Este pueblo medieval tiene uno de los recintos fortificados mejor conservados de España y es que la silueta del castillo con la muralla alrededor y el embalse delante son dignos de mención. 

Frías, Burgos

A unos 100 kilómetros al nordeste de Burgos y con unos 300 habitantes aproximadamente, encontramos Frías, un pueblo con sabor medieval, la ciudad más pequeña de España, centinela del Ebro. Un territorio lleno de historia y cultura, lejos del bullicio de las grandes ciudades. Los singulares edificios de esta empinada y pequeña localidad burgalesa conservan la mejor tradición arquitectónica castellana como se observa en las que aparecen colgadas sobre el caudaloso río Ebro. Sobresale el magnífico puente medieval, construido a raíz de la repoblación llevada a cabo por Alfonso VIII.

Olite, Navarra

Situado en el corazón de Navarra, Olite te trasladará a la Edad Media cuando recorras las calles estrechas del centro histórico y te encuentres con una edificación digna de cuento de hadas, antiguas iglesias e imponentes murallas. Esta villa medieval cuenta con un hermoso castillo que domina el pueblo, “con impresionantes torres, lujosas estancias y los jardines más frondosos que se puedan cultivar”, destacan desde Visit Navarra. 

Zafra, Badajoz

También conocida como Sevilla la Chica, se encuentra en el corazón mismo de la Baja Extremadura, en un llano al pie de las escarpaduras rocosas de la Sierra de Castellar. Sus estrechas calles están escoltadas por preciosas iglesias barrocas, tiendas con siglos de historia y bonitas casas tradicionales con grandes galerías siempre engalanadas con flores.

Puebla de Sanabria, Zamora

Se encuentra ubicado en la comarca de Sanabria, al noroeste de la provincia. La villa se asienta a orillas de los Ríos Tera y Castro. Destaca por su patrimonio monumental, paisajístico y medioambiental. El castillo de los Condes de Benavente es la imagen más característica del pueblo. Esta fortaleza en lo alto de la colina fue construida en el siglo XV, se puede visitar su interior y subir a la torre del homenaje. Junto al castillo de Puebla de Sanabria se conserva perfectamente la muralla medieval. Ya dentro del centro histórico, en la plaza Mayor, pero muy cerca del castillo, está la iglesia de Santa María de Azogue. 

Sigüenza, Guadalajara

En el corazón de la provincia de Guadalajara, Sigüenza se erige como una joya del turismo español. Con su rica historia, arquitectura medieval y entornos naturales impresionantes, esta ciudad promete una experiencia inolvidable para quienes la visitan. Es imposible ignorar la presencia dominante del Castillo de Sigüenza, ubicado en el punto más elevado de la ciudad. Esta fortaleza, que en sus cimientos alberga una rica amalgama de culturas, se asienta sobre lo que antaño fue una fortificación celtibérica. Su emplazamiento no solo ha sido de relevancia para los celtíberos, sino también para los romanos, que lo usaron para sus propias fortificaciones, y posteriormente los visigodos y musulmanes, quienes lo utilizaron como torre de vigía y alcazaba, respectivamente.

Castro Caldelas, Ourense

En plena Ribeira Sacra, sobre una colina entre las sierras de Queixa y San Mamede, se encuentra Castro Caldelas. Esta antigua villa medieval es un precioso mirador hacia los cañones del Sil y hacia los curiosos viñedos de la zona. El pueblo desde antaño luce hermosas galerías blancas y casas blasonadas que nos muestran el rico esplendor medieval. La plaza del Prado es la principal entrada al Casco Antiguo, caminando por sus estrechas y empedradas callejuelas podemos conocer su historia a través de las casas señoriales con escudos que coronan sus fachadas. Estas empinadas calles, que durante la primavera lucen llenas de colorido, nos llevan a la fortaleza, símbolo más visible de la historia de Castro Caldelas.