Si hay algo ligado a la identidad gallega son sus pazos, residencias señoriales vinculadas a familias nobles que simbolizaban su poder y prestigio. Normalmente, estaban ubicados en entornos rurales y disponían de distintos emplazamientos, dependiendo si era la residencia de los propietarios o bien las dependencias creadas para la explotación de la finca, ya fuera agrícola, ganadera o de ambos tipos.
Desde el punto de vista arquitectónico, también disponían de capillas, elementos ornamentales como cruceiros, hórreos, patios de armas y, por supuesto, maravillosos jardines que se beneficiaban del clima gallego. Los jardines de los pazos suelen ser un elemento clave para reflejar su riqueza patrimonial. Diseñados a imagen de jardines franceses e ingleses, suelen incluir setos geométricos, estanques, parterres florales y árboles centenarios.
Ubicado a las afueras de Santiago de Compostela, existe un jardín geométrico de boj único en su género. El Pazo de San Lorenzo alberga un claustro que, a su vez, oculta un jardín de 400 años que se erige como una de las mejores muestras de jardinería simbólico-religiosa de España. No todas las escenas de esta delicada geometría pueden explicarse. En algunos casos, responden a la iconografía cristiana; en otros, sin embargo, son imágenes sin una simbología clara.
El jardín fue creado en el siglo XVII, cuando el pazo fue creado como un monasterio franciscano. Cada uno de sus cuatro esquinas está dedicada a un tema religioso.
Este jardín de boj es la joya del pazo de San Lorenzo, una propiedad privada que pertenece a los duques de los Soma y Medina de las Torres, incluida dentro del Patrimonio Artístico Nacional, de gran valor histórico y que cuenta con otros elementos muy destacados, como el altar mayor de su iglesia, una obra italiana del siglo XVI, ejecutado en mármol de Carrara, algo también único en España.
El pazo, en sí mismo, resulta magnético y no es difícil entender por qué ha atraído desde tiempos inmemoriales a importantes figuras históricas. Fue retiro de Carlos I de España y V de Alemania o de Rosalía de Castro, quien recibió la inspiración necesaria para escribir 'Follas Novas'. Las crónicas también relatan que en el siglo XIII Pedro Muñiz, el arzobispo de Santiago encargado de consagrar la Catedral, estuvo también en el pazo tras ser acusado de supuestas prácticas nigrománticas para encontrar en él la ansiada piedra filosofal.
Erigido en 1216 y parte integrante de una impresionante propiedad amurallada de 50.000 metros cuadrados, todo el complejo está catalogado como Bien de Interés Artístico y Cultural y actualmente está orientado a la hostelería para la celebración de banquetes, congresos, convenciones, o diferentes eventos.