¿Ciudad o campo? El debate está servido. España cuenta con gran cantidad de pequeñas y medianas ciudades que mejoran en calidad de vida a las grandes urbes. Ofrecen numerosos servicios y permiten, a su vez, disfrutar de las ventajas de los núcleos más pequeños.
Clima, gastronomía, acceso a buenos servicios de educación y sanidad, infraestructuras… a la hora de medir la calidad de vida existen multitud de variables. Al priorizarlas entra en juego también nuestra cultura: mientras que en el sur de Europa damos más importancia a elementos como el clima o la gastronomía, nuestros vecinos del norte suelen primar la seguridad de sus sistemas políticos y sociales.
Según el Indicador de Vida Humana, España es el quinto país del mundo con mejor calidad de vida. Este indicador, desarrollado recientemente por el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) es una alternativa al Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por las Naciones Unidas. En este, España figura en el puesto 26 de 189.
En las últimas décadas, España se ha situado siempre entre los países con mejor calidad de vida a nivel mundial. Repasamos algunas de las pequeñas y medianas ciudades que suman puntos para posicionarnos bien en estos rankings.
Girona destaca por su calidad de vida. Su área urbana cuenta con menos de 100.000 habitantes y con un bello centro histórico. Además presume de una buena renta per capita y numerosos servicios.
Aunque está situada cerca de la montaña, Girona se ve favorecida por el clima mediterráneo y su privilegiada posición al sur de Francia, y sirve de puerta de entrada a muchos visitantes extranjeros atraídos por la belleza de la Costa Brava y su exquisita gastronomía. Otra de las ventajas con la que cuentan los gerundenses tiene que ver con el transporte: el AVE recorre en menos de 40 minutos los cerca de 100 kilómetros que separan su ciudad de Barcelona.
Girona también está bien comunicada por carretera, aunque los peajes pueden resultar algo elevados. La cercanía a la ciudad condal les permite tener acceso a servicios, ofertas de ocio y a uno de los aeropuertos con más destinos de España, por ejemplo.
La Rioja es una de las comunidades autónomas españolas con menos población en riesgo de pobreza. Se sitúa además por encima de la media en cuanto a la distribución de renta y esperanza de vida, y por debajo en tasas de abandono escolar. Llaman la atención también otros datos, como que es la comunidad autónoma en las que los hogares soportan menos ruidos. Diferentes factores que la sitúan como una de las zonas con más calidad de vida de España.
Su capital, Logroño, cuenta con unos 150.000 habitantes. Destaca por su buen ambiente, su gastronomía (y las tapas de la emblemática calle El Laurel), el hecho de que casi todos los desplazamientos puedan hacerse andando, la seguridad y sus servicios.
Esta pequeña capital de provincia sorprende a los visitantes. Sobre todo a los que la conocieron hace un par de décadas: Pontevedra ha dado un cambio radical a su imagen y a su modelo urbano. Y, con ello, a la calidad de vida de todos sus habitantes.
Entra en juego, en primer lugar, la peatonalización. El 70% de los desplazamientos se hacen a pie o en bicicleta y en la década pasada los siniestros graves por atropellos se redujeron un 90%. La desaparición de los coches del centro urbano implica también la mejora del aire que respiran los pontevedreses: las emisiones de CO2 han caído un 70% desde 1999. Y beneficia a los pequeños comerciantes: Pontevedra cuenta con mucho negocio local y a en los últimos años no ha abierto ninguna gran superficie comercial.
Junto a la peatonalización, sus casi 85.000 habitantes cuentan con amplios servicios, actividad cultural, un cuidado centro histórico y el clima templado de las Rías Baixas. Está rodeada, además, de naturaleza (playas y bosques cercanos) y bien comunicada con ciudades más grandes como Vigo, A Coruña y Oporto. En 2014, la ONU la declaró la mejor ciudad para vivir de Europa.
Girona, Logroño y Pontevedra son solo algunos ejemplos. La lista sigue con ciudades con buen clima, como muchas de las situadas en las comunidades de Canarias, Baleares o Andalucía. O con un bajo nivel de paro, como San Sebastián. Y es que tan solo 12 ciudades españolas superan los 300.000 habitantes. Eso deja lugar a un gran número de posibilidades a la hora de elegir pequeñas y medianas ciudades en las que disfrutar de buena calidad de vida.