En la semana de los reencuentros tras casi tres meses de cuarentena, millones de españoles se están moviendo de un lugar a otro. Uno de los lugares con mayor movilidad es Madrid. Durante el confinamiento, algunas voces, por suerte minoritarias aunque ruidosas, generaron la polémica de si a los madrileños se les debería poner un veto especial para moverse.
En las redes, hashtags como #hartosdemadrid y movimientos de cierta 'Madridfobia' se han dejado notar. Culpabilizar de una situación como esta a una región concreta se antoja bastante absurdo, pero por si aún hubiera algún despistado al que hiciera falta explicarlo, hemos querido que 51 voces de las otras 51 provincias de España compartan vivencias, anécdotas o experiencias por las que Madrid es importante en sus vidas.
"Madrid. Para mí Madrid es símbolo de libertad y de respeto. Allí he pasado grandes momentos en múltiples cursos. He conocido gente maravillosa. He vivido grandes experiencias. No sería lo que soy si no fuera por Madrid".
"Madrid es el lugar donde he estudiado, donde trabajo y donde me he hecho mi hueco".
"Valencia y Madrid siempre han sido, para mí, más que dos ciudades conectadas por la A3. Conocí a mi esposa en Madrid, donde fui a pasar un fin de semana con amigos y, por casualidades de la vida, nos encontramos. Después nos casamos en Valencia, y hemos vivido la mitad de nuestro matrimonio en la ciudad del Turia y la otra en la del Manzanares, así que mi corazón siempre estará dividido".
"La cercanía con Madrid siempre ha hecho que haya tenido allí muchos amigos, sobre todo después de estar haciendo un curso del INEM hace ya unos años. Aunque vivo mejor en mi ciudad actualmente, siempre he tenido un especial cariño a Madrid por todo lo que me ha dado".
Domingo: "Siempre tendré un cariño especial a Madrid porque con 15 años, fue la primera ciudad que me dio la oportunidad de empezar a trabajar"
Charo: "Cuando mi hija tenía 2 años, estuvimos viviendo en Madrid. No imaginé que 22 años después, ella sería quien tuviera su vida allí"
"Soy de una ciudad pequeña. Para cursar la carrera me fui a Madrid, ¡La gran Madrid! Te ves tu primer día allí sin amigos ni familia, pero sin darte cuenta, al minuto, estás rodeado de muchísima gente como tú. De la nada casi nació otra familia. Te enseñan Madrid, sus bares, sus recovecos, su vorágine que te acaba atrapando, y hasta hoy, que sigo viviendo en esta ciudad".
"Madrid es sinónimo de libertad y mestizaje. Es una ciudad multicultural y multiracial y solidaria donde nadie te pregunta tu procedencia porque, desde que llegas, eres un madrileño más. Yo desde que vine para estudiar en la universidad entendí lo que significa que una ciudad te acoja, te integre y te respete como ciudadano del mundo. Ya se sabe, de Madrid al cielo. ¡Qué gran verdad!".
"Por la cercanía con Madrid esta es casi como nuestra segunda casa. Aunque nos sentimos castellano-manchegos, al final también hacemos mucha vida en Madrid y nunca hemos tenido ningún problema de ningún tipo. Nos gusta la ciudad, sus personas, sus calles, sus bares...".
"Estudié en Madrid la carrera y de allí saqué a mis mejores amigos y mis mejores experiencias en la residencia de estudiantes, la facultad... Recuerdo un día que llegamos de empalmada a clase y, como me sentaba en primera fila, no tuve otro remedio que aguantar despierto. Es una ciudad que te acoge desde el principio y que nunca da la espalda a los que llegamos de fuera".
"Madrid es gente corriendo, bares abarrotados y calles por las que caminar a veces se convierte en una gymkana... es una gran ciudad en todos los sentidos y eso te abruma. Sin embargo, también es el hogar de acogida de miles de personas. Es una ciudad que siempre te recibe con los brazos abiertos y con algo nuevo que ofrecerte".
"Aunque en Madrid tuve mi primer amor y mi primer gran desamor, guardo un gran recuerdo de la ciudad, aunque no la cambiaría por mi Córdoba natal. Conservo grandes recuerdos y grandes amistades, momentos increíbles de farra y vida nocturna aunque, según me dicen, ya no es lo mismo que era antes".
"Mi estancia en la comunidad de Madrid duro 15 años. Allí me casé y allí tuve mi más maravillosa experiencia. ser madre, Mi hijo es madrileño. A mí llegada a Madrid lo que más me llamó la atención es la gran hospitalidad del madrileño. Durante el tiempo que viví allí me dediqué a la docencia, mis mejores años en los que conocí gente maravillosa. Durante 5 años fui maestra rural ,lo que implicaba ir todos los días a pueblos de la sierra donde éramos los profesores los que nos desplazamos para dar las distintas especialidades. Los niños allí eran encantadores y sus familias también, gente sana, sencilla y cariñosa, dónde te hacían sentir como si fueses de la familia".
"Pensar en Madrid sólo me hace sonreír. Esta ciudad se convirtió en un lugar donde pasar mis vacaciones de niña con todos mis primos, disfrutando los sábados en el parque de atracciones o improvisando un trineo con alguna chapa que nos encontrásemos en una de nuestras excursiones a la nieve. Aunque Madrid solo fuera un lugar de acogida en momentos de mi infancia, para mí más que una ciudad siempre será sinónimo de familia".
"Dicen que N.Y. es la ciudad que nunca duerme, pues Madrid es la ciudad donde saboreas, disfrutas y vives las 24 horas del día. No hay hora del brunch, hay hora del vermut. Qué mejor que saborear un rico vermut en una de las tantas tabernas de cualquiera de sus barrios, pongamos, por ejemplo, Embajadores. No hay hora del té, pero qué encantador tomarte un café en cualquiera de sus clásicos cafés donde siempre puedes observar a algún bohemio quien sabe quizás escribiendo su mejor poema. Y cuando llega el atardecer, cuando el cielo se pone rojo, la ciudad te transforma en un pequeño diablo bueno y alegre dispuesto a vivir la noche a tope. No importa que estés solo, pronto encontrarás a alguien dispuesto a acompañarte a vivir la música, las risas, las copas, los miles de espacios nocturnos. Y ya casi con resaca pasear por sus calles vacías pero que te arropan con tanta amabilidad que no sientes miedo y paseas hasta el amanecer".
"Una negra bruja que tiraba las cartas en un bar de la Latina me vaticinó entre bocatas de chorizo y café con leche, que mi último amor sería de Madrid, y esa bruja cubana no se equivocó. Mi amor de Madrid vive conmigo, me traje lo mejor de ahí".
"Madrid, como todas las grandes ciudades, están hechas de sueños y repletas de soñadores. Yo adoro Madrid porque al principio de mi relación con mi marido, dado que por trabajo él pasa largas temporadas allí, decidimos pasar un finde juntos y así podría conocer su oficina, su trabajo y el ambiente donde pasaba tanto tiempo. Fueron unos días maravillosos, ¡hasta con ola polar incluida! Pero aun así, pude contemplar los tesoros que guarda la ciudad, desde exóticos restaurantes hasta las tasquitas con más sabor, grandes musicales que me hicieron pensar en Broadway y el lujo de los escaparates de las grandes firmas que sólo existen en las grandes urbes. Pero lo mejor, conocer gentes de todo el mundo que hacen que Madrid esté abierta y sea hospitalaria con todos.
"En Madrid conocí a mi marido, que era ferroviario y viajaba por toda España. Aunque hace mucho que ya no vivo ni paso por allí, sí que recuerdo que era una ciudad con un halo especial y sus gentes te hacían sentir bien aunque tuvieras acento de otro sitio de España".
"Con Madrid mantengo una relación especial. Lo cerca que lo tenemos por carretera hace que, para unos amantes de la buena música como nosotros, bajemos cada dos por tres a ver los conciertos que paran por allí. Esperemos que vuelva pronto todo a la normalidad para seguir disfrutando de la ciudad y esos bocadillos de calamares"
"Cuando me doy cuenta que he pasado mas de un tercio de mi vida en Madrid, me llega una emoción que no sé explicar. Puedo decir sin que suene a tópico que me ha dado los mejores años de mi vida. Con 17 años me vine a un lugar tan lejano para mí que a la vez se me hizo fácil. La gente que vive aquí lo hace. He vivido momentos y sobretodo noches irrepetibles, me rompí y me volví a levantar aquí, me fui pero volví, y por encima de todo he podido conocer a gente que hoy puedo llamar amigos. No sé si mis días acabarán aquí, pero esta ciudad siempre estará en mí".
"No entiendo el por qué de las campañas contra Madrid cuando es una de las comunidades que más aporta y cuya gente más viaja. Yo, personalmente, no tengo nada en contra de los madrileños y por cercanía y amistades los tengo mucho cariño".
"Te puedes imagina cuando bajaba a Madrid a ver a mis compañeros quintos de la mili. Aquello era una buena fiesta. Cuando ellos subían a Burgos también disfrutábamos de lo lindo, por ser esta una ciudad más manejable, pero Madrid lo que tiene es eso, que parece que la estás controlando tú y, en realidad, es al contrario. Ahora ya no bajo tanto por allí, y lo hecho de menos, pero en cuanto puedo me hago una escapada".
"Cada vez que mi rutina me lo permite, Madrid es uno de los primeros destinos a los que dedico mi escaso tiempo libre. Esa ciudad tiene un trozo de mi corazón para siempre, ha acogido a una de mis hijas y alberga todo el arte con el que puedo soñar. Adoro recorrerla y conocer rincones nuevos cada vez que la visito, porque siempre hay nuevas cosas que hacer".
"En Madrid hay muchísimas oportunidades para todos, en todos los ámbitos y para todas las cualificaciones".
"La verdad es que no sé si he pasado más tiempo en mi Segovia natal o en Madrid. Allí he pasado momentos inolvidables, como alguna victoria de Copa de Europa del Real Madrid, me he ido de fiesta con mis amigos, de despedidas de soltero y, de hecho, me casé en una finca muy cerca de Aranjuez. Así que de Madrid solo puedo decir buenas palabras. Es una parte importante de mi vida y un sitio que guardo con mucho cariño".
"Soy salmantina de nacimiento, pero madrileña (y madridista) de corazón. Llevo aquí desde los 12 años y lo mejor de mi vida lo he pasado aquí. En ningún lugar me he encontrado como aquí, y he viajado bastante. De Madrid al cielo, definitivamente, sí".
"Podría decirse que Valladolid y Madrid somos ciudades hermanas, que ambas hemos tenido la capital del reino y compartimos buenas costumbres castellanas. Por eso, siempre que camino por sus calles estoy como si estuviera en mi tierra vallisoletana, como si mi Pisuerga fuera su Manzanares. Es una sensación especial y por eso suelo ir por allí a menudo. También para ver a mi hija, claro".
"Vine a Madrid con 16 años, con una mano delante y otra detrás. Mi primer trabajo fue en pleno centro de Madrid. Allí, no solo me dieron trabajo sin pensarlo sino que además me formaron en la hostelería. Unos años después abrí mi propio negocio en la calle Ponzano y, 32 años después, seguimos abiertos y los madrileños vienen a consumir productos de mi tierra. Además me casé y tuve dos hijos, que aparte de madrileños se consideran de Zamora. Me siento muy orgulloso de pertenecer a Madrid tanto como a Zamora".
"Era agosto. La ciudad estaba vacía. Habíamos salido a tomar unas copas por el centro cuando a mi amiga Lara se le ocurrió pasar por su casa a coger patines para todos. Impartía clases de patinaje. Serían las tres de la mañana cuando empezamos a patinar por la Gran Vía en dirección a Callao. No nos cruzamos ni un coche. Fue una sensación brutal de libertad. Como si la ciudad entera fuese sólo para nosotros".
"Madrid me ha dado a mis 'chicas del Estu'. Mis amigas del alma del colegio mayor. A día de hoy seguimos viéndonos, viajando juntas y hasta nuestras hijas son amigas. Madrid es la mitad de mi vida".
"Mi recuerdo con Madrid está vinculado a la poesía, los vinos y los buenos amigos. Allí descubrí que me encantaba el verso y que, además, quería dedicarme a ayudar a los demás. Para mí fue casi una epifanía pasar allí los tres años que pasé, y hoy en día sigo guardando un gran cariño a la ciudad y a sus gentes".
"No he tenido mejores finales de jornada laboral que las que viví en Madrid. Por malo que fuera el día de forma espontánea e improvisada podíamos juntarnos cuatro o cinco compañeros en cualquier bar de Lavapiés. Tras unas horas de conversaciones, risas y unas cañas todo parecía menos malo, más sencillo".
"Mi primera experiencia fue hace 23 años en un máster y me encantó la ciudad desde el primer minuto. La gente es muy acogedora. Me fui a vivir a Londres pero sabía que volvería a Madrid, y ahora ya llevo 20 años viviendo aquí y con casa propia. Hay gente de todas partes y aporta mucho a nivel servicios y posibilidades de hacer mil cosas. Todo pasa en Madrid".
"Soy natural de un pequeño puedo de Lleida y me fui a Madrid a realizar mis estudios universitarios. En cuarto de carrera conocí a una mujer americana bellísima que estaba de intercambio un semestre. Hoy es mi mujer y tenemos cuatro hijos. No vivimos ni en Madrid ni en Lleida pero jamás podré decir nada malo de la capital, me dio a la mujer más importante de mi vida (junto a mis niñas claro)".
"Madrid me regaló uno de los momentos más bonitos de mi vida. Tenía 27 años y mi hoy marido me acababa de pedir matrimonio. Decidí ir a la capital a buscar el vestido con mi mejor amiga, que por aquel entonces vivía allí. Jamás olvidaré ese fin de semana ni la hospitalidad de todos y cada uno de los que me ayudaron con la elección".
"De Madrid solo tengo buenos recuerdos: salí de A Coruña para hacer allí mi carrera de Bellas Artes y me volví con el título debajo del brazo... y un marido. Por eso todavía vamos mucho por allí, para visitar a su familia, y aunque prefiero Coruña a Madrid se la tiene que querer sí o sí".
"Llevo viviendo en Madrid muchos años y lo que más me gusta es que cuando conoces a alguien te pregunta, ¿y tú, de dónde eres?".
"Dicen que Madrid es un cruce de caminos, pero en mi caso más aún. No había ido mucho a la capital hasta que mi hija se hizo azafata de una importante compañía aérea. Aunque ahora está aquí en el pueblo, lo habitual es que sea yo quien baje a verla en los pocos días de descanso que tiene. Te puedes imaginar cómo de intensos son nuestros encuentros cuando viaja tanto y nos vemos tan poco".
"Madrid me acogió hace tres décadas como si una madre fuese. Dándome el calor de su gente sin pedir nada a cambio. Dejé mi pueblo por una gran ciudad y desde el primer momento me sentí como una madrileña más. Hoy en día digo que soy el 50% gata porque media vida en Madrid, es mucha vida ¡Y que vida!".
"Me fui a Madrid en busca de experiencias con el teatro. Me perdí por sus calles llenas de luces y escaparates y me reencontré en los pequeños barrios donde se vive como en pequeña familia. Lo bonito de Madrid es que ofrece todos los servicios de una gran ciudad sin perder la humanidad que se concentra en pequeños rinconcitos amables. Madrid te impresiona, pero también sabe darte espacios donde sentirte arropado".
"Hasta que mi hija Alba fue a estudiar a Madrid, la capital era, para mí, el lugar al que iba, una o dos veces al año, para deleitarme con alguna exposición. Entonces asociaba la ciudad con museos, la Gran Vía, Plaza Mayor... vamos, el centro. Después, siguiendo los cambios de piso de mi hija, fui conociendo otras zonas, Chamberí, Embajadores, Cuatro Caminos, Ferrocarril, Plaza de la Cebada, Cascorro, Ciudad Lineal, y cada vez descubría particularidades, rincones, tiendas, bares, librerías y otras sorpresas en cada barrio. Ahora estoy deseando encontrar una excusa para viajar a Madrid. Alba se encarga de mostrarme siempre alguna parte de esta maravillosa ciudad que no deja de sorprenderme"
"Recuerdo cuando en 1981 fui por primera vez a Madrid a hacer oposiciones para entrar a trabajar en la Renfe. Íbamos juntos todos los que estudiábamos en la misma academia, nos hospedábamos en una pensión cerca de Sol y nos íbamos de cañas por las tardes-noches".
"Llegué a Madrid con mis padres cuando era un crío, y esta tierra me lo ha dado todo: mi formación, mi carrera, mi mujer, mis hijos y mi jubilación. Jamás he tenido una mala palabra de nadie, al revés, creo que los madrileños son una gente muy acogedora y abierta".
"Madrid me lo ha dado todo en la vida. Aquí estudié, conocí a mi chica, fundé mi empresa, hice mis mejores amigos y formé una familia. No puedo estar más agradecido a la ciudad y a sus gentes que me han tratado tan bien. Yo intento siempre hacer lo mismo con la gente que viene aquí a empezar de cero".
"Qué diferencia de nuestros primeros viajes a Madrid, cuando íbamos a dejar a nuestra hija, con poco más de 19 años, a los viajes de ahora, 16 años después. Ahora vamos a ver al regalo más bonico que nos ha dado la capital, nuestra primera nieta. ¡Somos unos abuelos murcianos orgullosísimos de nuestra nieta madrileña!".
"Para mí, Madrid es una ciudad de referencia culturalmente, su visita es imprescindible al menos una vez al año. Es la ciudad de las protestas y manifestaciones donde la gente expresa su opinión libremente. Lo que menos me convence es su equipo, el Real Madrid, pero incluso la única vez que he estado en Bernabéu viéndola jugar contra Osasuna fue un gran momento ya que los rojillos ganaron 0-4"
"De tierra de buen vino, llegué a Madrid buscando buena cerveza y encontrando mejor compañero. Amor a primera vista: tus museos, tus festivales y conciertos, tus bruncheos, tus "eggg quee", tus tradiciones y tus "modernos". He hecho todas las turistadas y, siendo del Barça, he cantado tus colores como si me fuera la vida. Porque atrapas, porque haces que uno se sienta de aquí y porque me has dado lo mejor que tengo, mi hijo Mikel. Con M de Madrid".
"Aunque hace unos años ser de Ceuta y vivir en Madrid no era muy fácil porque siempre te confundían con extremeño o andaluz, lo cierto es que allí es donde pude desarrollarme como persona. Recuerdo con mucho cariño los paseos por el Paseo del Prado, las buenas raciones de bacalao en Casa Labra y aquellas juergas que terminaban sí o sí en San Ginés"
"Nuestra historia es de ida y vuelta. Yo soy de Madrid, pero por cosas de la vida me vine a vivir a Melilla, y ahora son mis hijos los que viven en la capital, así que nos toca ir cada cierto tiempo a ver a los nietos. De la ciudad solo puedo decir cosas buenas: a mí me dio la vida mientras estuve allí y todavía la disfruto cuando me paso por allí puntualmente".
"Madrid es alegría, es pasión, es bullicio y es el silencio. Son los atardeceres y las mañanas. Y las madrugadas entre risas ¡Que grandes noches! Para mi es parte de mi vida. Vine y me quede. Me enamoré e hice una familia. Crecieron y seré abuelo pronto. ¿Quién me lo iba a decir? ¡Un nieto madrileño con sangre astur! ¡Orgulloso de eso y de la capital!".
"Ahora estoy viviendo en Mallorca desde hace ya varios años, que me vine por motivos laborales, pero en Madrid quedó toda mi familia y siempre que puedo intento volver por allí. No solo por verlos a ellos, sino por reencontrarme con la ciudad que me hizo crecer como persona".
"He nacido en Santander y aquí he vivido toda mi vida, pero Madrid me ha dado grandes momentos. Mi hija mayor vive ahí desde los 20, así que mi mujer y yo vamos a visitarla a menudo. Me gusta pasear por Malasaña y La Latina, sobre todo si hay rastro, tomar café en el bar de abajo de su casa, que ya somos viejos conocidos, y Las Meninas".