Acampar está de moda aunque a partir de cierta edad, puede dar pereza. A estas alturas, eso de dormir en el suelo rodeado de bichos y sin comodidades puede que no parezca el plan ideal. De acuerdo. Olvida todos los prejuicios que tengas y apunta: ‘glamping’. La libertad y el contacto directo con la naturaleza que te da la acampada pero sin renunciar a la comodidad ni al lujo.
Beatriz tiene 45 años y el ‘glamping’ se ha convertido en su plan ideal de verano. “Cuando era más joven solía hacer acampada libre pero después de ser madre la idea se me fue de la cabeza, implicaba demasiadas cosas. Un día descubrí los campings de lujo en una red social y decidí probarlos”, cuenta. “He estado con mi familia en Isla Cristina (Huelva) y en Los Caños de Meca (Cádiz) y ha sido estupendo. Estuvimos en unas tiendas tipi, preciosas y hasta con colchones visco elásticos. Además los niños tenían actividades y mi marido y yo pudimos disfrutar de unas vacaciones en parte, también, para nosotros”, añade.
Como Beatriz, más de cuatro millones de viajeros han elegido el camping como su opción vacacional este año, según los datos de la Federación Española de Campings (FEEC). “El 20% de los cuales son mayores de 45 años”, afirma el director del camping Monte Holiday. Se convierte así el alojamiento preferido después de los hoteles. Esto se debe, en palabras de Ana Beriain, presidenta de la FEEC, a que “en los últimos años el sector del camping ha sufrido una evolución enorme. Ahora es como un resort que incluye todo lo que el cliente necesita. Desde sábanas y toallas, baño privado, oferta deportiva, gastronómica…”. Te presentamos cuatro tipos de alojamiento de lujo al aire libre para que encuentres tu mejor opción.
Se han convertido en las estrellas de este tipo de acampada. “Tienen una demanda altísima. Son muy estéticas y cómodas”, afirma Salvador Lora, CEO de Kampaoh. Se trata de tiendas equipadas con colchones, alfombras, tienen electricidad, mesas, sillas e incluso wifi. “El perfil del turista de estas tiendas es de alto poder adquisitivo”.
“A diferencia de los campistas tradicionales, que suelen buscar el ahorro, estos se permiten gastarse más, quieren descansar, comer en restaurantes… Buscan mezclar la comodidad de un hotel y la aventura que ofrece el camping”, añade. Las posibilidades son amplísimas. Las tiendas miden desde 12 metros cuadrados hasta 24 y están a pie de playa.
Son cabañas que están en el bosque, situadas a una altura de entre cuatro y siete metros. “Están construidas enteras con materiales naturales para que produzcan poco impacto medioambiental. Tienen unos 12 metros cuadrados –más grandes es imposible por su situación- , están bien aisladas y tienen terraza con unas sillas. Dentro de la cabaña hay un váter y la ducha está fuera, en una zona cercana”, cuenta Antonio Gonzalo, director del camping Monte Holiday.
“Los clientes suelen ser de dos tipos. Por un lado, parejas que buscan una experiencia única, maridada con vino o cava, y acompañada de patés y bombones. Por otro, están las familias con niños, que se alojan en casas un poco más grandes, con literas y que se centran en las experiencias de multiaventura y en las actividades naturales”, apunta Gonzalo.
Son estructuras en forma de burbuja, que tienen gran parte de la superficie totalmente transparente. “Están totalmente equipadas ofreciendo el mismo confort que un hotel. Tienen baño, una cama de matrimonio grande, el suelo de parqué y están climatizadas”, cuenta Víctor Mesa, fundador de MILUNA, open nature rooms.
El principal atractivo de estos alojamientos es la posibilidad de dormir bajo las estrellas, totalmente integrado en la naturaleza. “Los clientes que tenemos son sobre todo parejas, de entre 25 y 55 años que quieren vivir la experiencia y hacerlo de forma romántica”, apunta Mesa.
Se trata de alojamientos semielevados que están a una altura de uno a tres metros. “Son espacios más grandes, de 70 metros cuadrados con varias habitaciones, cocina, salón y baño completo”, cuenta Antonio Gonzalo. Se trata de alojamientos en los que el paisaje se mimetiza con la cabaña, entra dentro de ella, la rodea.
“Dispone de grandes cristaleras que se pueden correr para dar paso a un espacio diáfano que te permite vivir la naturaleza, ver cómo evoluciona. Son como hoteles de lujo donde el pasillo en lugar de ser enmoquetado, es el propio campo”, añade Gonzalo. Se trata de alojamientos bioclimáticos que funcionan con energía 100% renovable y demandados sobre todo por familias completas, debido a su amplio tamaño.
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