Imaginémonos que hemos podido coger un par de días para irnos de vacaciones a Francia con nuestra pareja y, por cumplir con los tópicos amorosos, decidimos visitar la Torre Eiffel. Seguro que invertir más de dos horas en acceder al ascensor nos mina la moral. Y aunque sepamos que las esperas en las atracciones turísticas son prácticamente inevitables, seamos sinceros: no importa la paciencia que tengamos, a ninguno nos gusta hacer cola. Y mucho menos cuando estamos de vacaciones en un país extranjero y tenemos el tiempo justo para ver todos los monumentos, museos y lugares de interés del lugar.
Según un estudio elaborado por la web de viajes TripAdvisor en 2017, París, Roma, El Vaticano, Londres o Nueva York son destinos en los que se suelen producir las colas más largas de todo el mundo, con una espera media de dos horas que puede llegar a aumentar hasta las cuatro durante la temporada alta.
Si atendemos a atracciones turísticas, la que más nos hará esperar para acceder es el London Eye, con una espera media de dos horas y media, seguida por la Capilla Sixtina, los Museos Vaticanos, El Coliseo de Roma, las Catacumbas de París y la Torre Eiffel, todas ella con una espera de aproximadamente dos horas. Además, para acceder a la Basílica de San Pedro, a la Torre de Londres, al Museo Van Gogh y al Empire State Building tendríamos que esperar durante aproximadamente una hora y media, mientras que si queremos visitar la Catedral de Notre Dame nos tocará aguantar una horita de cola, que podría aumentar a dos en caso de que queramos ver también las torres.
Con esta media de esperas, seguro que a más de uno se le han quitado las ganas de hacer turismo cultural, sobre todo en esos meses de verano en los que el calor aprieta y solo queremos encontrar un pedacito de sombra. Por suerte, existen varios truquitos que pueden ahorrarnos estas largas colas. Y no, no hablamos de hacernos el tonto para colarnos en la fila, sino de unos consejos mucho más amables con los que no nos meteremos en problemas (si hay algo que gusta menos que esperar, eso es que se te cuelen mientras esperas).
Un consejo que nos ayudará a reducir el tiempo de espera es evitar los días de acceso gratuito, ya que, naturalmente, en estos días hay mucha más gente haciendo cola. Aun así, hay muchos monumentos y museos que atraen a un gran número de personas independientemente del precio de la entrada.
Para estos casos, lo más recomendable es que compremos nuestras entradas vía online. Actualmente, hay varias plataformas de viajes que ofrecen este tipo de tickets, con los que podremos ahorrarnos la cola para llegar a las taquillas. Suelen ser un par de euros más caros que las entradas en taquilla, pero si no queremos esperar, merecen la pena. Además, también podemos comprar entradas online con acceso prioritario, que nos permitirán saltarnos todas las colas para aprovechar al máximo nuestro tiempo de vacaciones.
Otra opción recomendable es adquirir tours guiados. Con ellos, no solo podremos entrar directamente a los museos y monumentos, sino que recibiremos explicaciones de un guía cualificado que nos permitirán entender mejor las obras. Además, en algunas ciudades también podemos comprar tarjetas turísticas con las que podemos saltarnos las colas, aunque en estos casos tendremos que echar cuentas para ver si nos compensa también a nivel económico.