La reina Isabel II ha fallecido esta tarde en el castillo de Balmoral rodeada de toda su familia. Con su hijo Carlos, el ya rey, a su lado, ha pasado sus últimas horas descansando en la residencia a la que llegó el pasado 21 de julio para disfrutar de sus vacaciones estivales. También fue allí donde precisamente recibió el martes, 6 de septiembre, a la nueva primera ministra británica, Liz Truss, en el que sería su último acto oficial y donde ya la pudimos ver debilitada con las manos amoratadas.
La monarca había celebrado este año su Jubileo de Platino, que conmemoraba los 70 años en el trono, un récord en la historia del país, antes de ella el reinado más largo fue el de su tatarabuela Victoria, que reinó casi 64. A lo largo de sus siete décadas como reina ha visto cómo varias colonias del Imperio Británico se independizaban, ha sufrido varios escándalos familiares - especialmente polémico fue el divorcio de su hijo Carlos y la muerte, poco tiempo después, de Diana de Gales-, y ha afrontado momentos históricos como el Brexit o la pandemia del covid-19.
Lo ha hecho siempre con entereza y es que Isabel II se ha caracterizado por mantener su papel representativo como jefa de Estado, manteniendo siempre las distancias del panorama político. Muy rara vez dejó entrever sus opiniones y nunca las ha manifestado públicamente. A pesar de los conflictos, tanto públicos como privados, la difunta ha sido una de las soberanas mejor valoradas de la historia de su país, en el que los sondeos muestran que entre el 60 y el 80% de los británicos son favorables a la monarquía.
Mujer de récords, también ha tenido el matrimonio más largo en la historia de la Corona británica. Un total de 75 años estuvo casada con Felipe, el duque de Edimburgo, que falleció en abril de 2021 a pocos meses de cumplir los 100 años, 69 de los cuales fue consorte real.
Los últimos meses de su vida ha recibido una visita diaria de su hijo Carlos de Inglaterra, algo que nunca había sucedido y que empezó a ser un reflejo de lo preocupante que era la situación. Además, Craigowan Lodge, la histórica casa de campo situada en la finca de Balmoral donde ha pasado esta última etapa de su vida fue reformada y adaptada para hacer frente a los problemas de salud a los que se enfrentaba la monarca.