El caso de Tamara Falcó e Íñigo Onieva está generando ríos de tinta. Ha sido la propia Falcó la que ha querido zanjar el asunto, y lo ha hecho con frases entre la contundencia ("No hay vuelta atrás") y la broma ("Creo que mi madre filtró el vídeo"). Una combinación ganadora para su madre. En Uppers vamos a poner el foco en todos los padres y madres se pueden haber sentido alguna vez en ese ángulo: espectadores de una relación que no parece la ideal. Más bien parece dañina. Cómo mantenerse en ese filo cortante, entre la alegría y el drama, y dar apoyo a los hijos, si lo necesitan, puede convertirse en una auténtica "guerra de guerrillas". Así lo califica la psicóloga y terapeuta de parejas Lara Ferreiro en esta entrevista.
¿Qué hay que mirar antes de decidir si esa persona es buena o no para tu hija o tu hijo?
Lo primero que hay que comprobar es si es buena persona. Si no es buena persona, va a ser narcisista y mentiroso, y le va a dar muy mala vida a tu hija. El mundo, al final, se divide entre buenas y malas personas. Hay que fijarse en cómo tratan a los hijos, cómo se comporta con la familia y los amigos, cómo se comporta también en sociedad. ¿Es una persona que grita, que, por ejemplo, trata mal a los camareros o que dice cosas inapropiadas? Como madre o padre también hay que mirar qué siente por tu hija o tu hijo. ¿Los está utilizando por el sexo o por el dinero?
¿Para ti cuál sería el punto más importante?
Hay que mirar el termómetro emocional de los hijos. Al final, lo que miramos es cómo está nuestra gente. Si mi mejor amiga me habla fenomenal de su pareja, lo voy a querer. Si me dice que la trata fatal, no voy a querer ninguna relación con esa persona. También es importante saber si comparten los planes de futuro. Si nuestro hijo quiere casarse y tener hijos, y la otra parte, no, va a haber problemas. La parte económica también es importante. ¿Se mantiene por sí mismo o es un parásito?
¿Es importante la idea que los padres se hayan hecho de la pareja de su hijo?
Sí, si coincide con el prototipo de yerno o nuera ideal, bien. Pero a veces no coincide y es buena persona. En ese caso, hay que trabajárselo como padres. Tus hijos son libres. Si los novios son buenas personas, les quieren y tienen una relación sana, adelante. Una cosa muy importante es comprobar si el novio o la novia tiene un perfil saludable o si tiene un pasado oscuro. Si lo tiene, por ejemplo, ha sido infiel a todas las parejas o tiene hijos de diferentes mujeres, no te va a gustar.
¿Cómo hacerle ver a tu hijo que esa persona no le conviene?
No hay que decirle nada. Lo vamos a hacer de manera indirecta. Yo lo llamo 'estilo Preysler'. Se trata de hacerlo de manera más inteligente. Primero hay que tener una conversación, una intervención indirecta con los hijos para ver cómo se sienten y ganarse su confianza. Es el momento de decirle qué cosas ves sanas en la relación y qué no.
¿Qué hacemos mal los padres?
Lo que los padres hacen horrible es dar la solución. "Tú, déjale". No hay que dar la solución, hay que escuchar. Una vez que ella se da cuenta de la situación, hay que preguntarle: "¿Tú crees que esto está bien?", "¿crees que te está utilizando?". En el caso de infieles crónicos, hay que preguntarle en qué posición se sitúa. Si se están aislando de su familia o entorno, también hay que hacérselo ver. Al final, se trata de que, poco a poco, las cosas vayan cayendo por su propio peso. Los padres tienen que estar ahí para acompañar a los hijos cuando se produzca la ruptura. También se les puede ir asesorando por si hay algo que investigar o confirmar. Nunca hay que confrontar, sino, poco a poco, de manera progresiva, hacerle ver la situación.
¿Hasta dónde podemos llegar como padres?
Se puede llegar a donde uno quiera, pero de una manera sana y progresiva. Primero hay que hacer ese trabajo de comunicación y luego esperar el momento oportuno. Otra opción sería ir con nuestro hijo o nuestra hija al psicólogo o compartir las propias experiencias... Se puede llegar hasta donde se quiera de manera indirecta y nunca agresiva. Si eres directo y muy crítico, solo consigues que tu hijo o tu hija se cierre en banda. Esto es una guerra de guerrillas a largo plazo. Hay que ser un poco estratega.
Antes de llegar a un punto de conflicto, hay que saber integrar en el entorno y en la dinámica familiar a esa persona especial que puede formar parte del futuro de la familia. ¿Cómo deben reaccionar los padres ante ese nuevo escenario? Lara Ferreiro nos da las cinco claves: