48 horas le ha durado a Tamara Falcó la felicidad de su compromiso. Después de hacer público que se casaba con el empresario Iñigo Onieva, un vídeo de este siendo el infiel se hacía viral incluso más rápido que su pedida de mano. Tras varias idas y venidas, y después de negar la mayor, Íñigo reconocía en una publicación en Instagram que su actitud era “inaceptable”, aseguraba estar “totalmente arrepentido y destrozado” y pedía perdón tanto a Tamara como a su familia por no haber sido honesto. También imploraba que dejasen de difundirse imágenes que afectasen a su derecho a la intimidad.
Acto seguido, ella eliminaba la foto con el anillo, le bloqueaba y no daba más explicaciones de lo que estaba viviendo. Todas las miradas están puestas en ella, víctima no solo de una infidelidad, sino también de un acoso público. Hablamos con el psicólogo Luis Miguel Real para que nos explique cómo gestionar en estos casos la ruptura y volver a la vida haciendo oídos sordos a los comentarios de la gente.
Parece el mundo al revés y las redes están mostrando comentarios de todo tipo. “Es que cómo se le ocurre estar con alguien de la noche”, “era carne de infidelidad”... muchos de ellos culpándola a ella de haber tomado una mala decisión al enamorarse de él, pero la realidad es que quién debe pasar vergüenza en esta situación es él y no ella. “El problema de ser un personaje público es que, además de lidiar con el engaño, hay que hacerlo con la opinión general. Por eso, en estas circunstancias, yo aconsejo guardar en la intimidad todo el proceso de ruptura y solo compartirlo con tus familiares y amigos más cercanos”, explica el psicólogo.
Leer de forma compulsiva todas las informaciones que se están publicando sobre ti en una situación de este tipo, solo termina destrozándote psicológicamente y es muy importante no hacerlo en los momentos en los que estás más vulnerable emocionalmente. “Tiene que lidiar con el shock del momento, alejarse de la persona que le ha hecho daño, coger perspectiva y tomar decisiones desde la tranquilidad. Borrarse temporalmente las redes sociales o al menos hacer caso omiso a ellas puede ayudar a que el proceso sea menos complicado”.
El miedo que se suele tener a desaparecer es pensar en el ‘qué dirán si lo hago’, pero la realidad es que “no existe ninguna obligación de contarle a nadie que no haya vivido de cerca la relación lo que ha ocurrido. Otro de los consejos sería no acudir a programas de televisión a dar ningún tipo de declaración. El único que debe dar una explicación aquí es Iñigo, y debe dársela a ella, que es la persona con la que tenía una relación sentimental. los problemas de pareja deben resolverse en privado. Las declaraciones solo van a engordar la bola del morbo porque la opinión pública tiene sed de venganza”, asevera el experto.
Esto, aunque sea en menor medida, también suele pasar con gente que no es considerada un personaje público, pero que a través de las redes sociales tiene que vivir cómo sus seguidores, que son más o menos amigos, comenten su vida y su privacidad. “Hacer caso al qué dirán solo nos aleja del verdadero problema que es la relación que se ha roto o pende de un hilo. Además, las rupturas conllevan mucho más que la decisión en sí misma, más aún si hay convivencia de por medio”, concluye Real.