¿Y si para ahorrar en la cesta de la compra antes hubiera que hablarlo en familia?
En el último trimestre del año, en plena campaña de Navidad, la escalada de precios en productos de alimentación puede hacer mucho daño en la economía familiar
Concienciar a la familia de la necesidad de hacer compras conscientes es el primer paso para reducir el coste de la cesta de la compra
Evitar los 'gastos hormiga', la compra de productos que no necesitamos en cada salida al super, puede hacernos ahorrar más de 100 euros al mes
Llegamos al tercer trimestre del año, la época de la campaña de Navidad en la que algunos sectores se juegan los beneficios del año. Es el caso del sector juguetero y el de alimentación. ¿Cómo afectará a nuestros bolsillos? Los precios de la alimentación registran su mayor alza en 34 años, según el último estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). En lo que llevamos de 2022, la cesta de la compra ha registrado una subida de un 15,2% respecto al año pasado. Es decir, si en 2019 gastábamos 400 euros al mes en alimentación, ahora nos gastamos 460, 720 euros más al año.
La subida del 15,2% es la mayor de la serie histórica que realiza la OCU. El objetivo de la mayoría de los hogares españoles es reducir el precio de la compra semanal con diferentes trucos, pero el fundamental es menos conocido y es, posiblemente, la clave: cambiar la manera en que compramos.
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Concienciar a la familia
En la mayoría de las familias, suele haber alguien 'especializado' en la despensa familiar. Esa persona, en la mayoría de los casos, las mujeres, sabe qué falta, qué sobra y qué se necesita para realizar los menús de la semana. Esa persona también tiene el presupuesto semanal en la cabeza e intenta no sobrepasarlo. Y decimos 'lo intenta' porque lo habitual es que salte por los aires por las llamadas 'compras hormiga' que realiza el resto de miembros de la familia.
Para evitar esta fuga, hay que concienciar a todos los miembros de la necesidad de hacer una compra racional, la que elabora ese 'responsable de despensa' con la ayuda de todos los miembros. Tener un lugar donde apuntar lo que se acaba o lo que se necesita (de verdad) puede ser un buen recurso para hacer una compra consciente.
Las compras hormiga, las que se realizan en cada salida al supermercado al margen de la compra semanal, pueden suponer más de 100 euros al mes
Evitar las 'compras hormiga'
El objetivo de esa reunión es que todos los miembros de la familia eviten las 'compras hormiga'. Seguro que sabes a lo que nos referimos: esas salidas al supermercado, al margen de la compra semanal, en las que adquirimos lo que necesitamos y algún extra.
Dependiendo del supermercado al que vayamos, pueden suponer un sobrecoste de entre 20 y 30 euros semanales; entre 80 y 120 euros mensuales que cargan el presupuesto familiar. Por ello es importante, restringir las salidas al supermercado para hacer una sola compra semanal.
Además, si quieres ahorrar tendrás que elegir mejor qué comprar, elegir mejor dónde comprar y planificar lo que vas a comprar, los tres mantras del consumo consciente.
Reducir las referencias
Es el cambio más difícil. Si nos fijamos en los carros de la compra de cualquier fin de semana, veremos que compramos más de un tipo de producto, más de una clase de cereales, galletas, embutidos, leches, refrescos, snacks... Reduciendo las referencias o clases de producto dentro de una misma gama conseguiremos un ahorro significativo.
Ser crítico con las ofertas
Las gangas no siempre suponen un ahorro. Un error habitual es confundir chollo con ahorro. Comprar algo muy barato que no necesitamos es siempre un gasto, no una inversión.
Sin embargo, algunas ofertas sí pueden ser interesantes en productos caros que se consumen habitualmente. Es el caso, por ejemplo, del aceite o de los detergentes.
Ser flexible con la lista de la compra
Es otro punto importante. La lista de la compra debe ser flexible para priorizar los productos de temporada. Esto es especialmente importante en el caso de frutas, verduras y pescados. Comprar unas cerezas fuera de temporada (en torno a abril) no parece tener mucho sentido: no solo costarán más de lo que valen, sino que su calidad no será la óptima.
Afortunadamente, los supermercados también demuestran su interés por estos productos, ya que tienen sobreoferta de este tipo de productos. Es decir, en el súper nos informarán bien de qué alimentos están o no de temporada.
Ten claro cuál es TU supermercado
Al margen de listas o de publicidades, mira cuál es el supermercado que más se adapte a lo que busques en calidad/precio. Si tienes que desplazarte a un híper con coste de tiempo o gasolina, quizá no es una buena opción. Si tiene el surtido justo y tienes que desplazarte a otros, con el riesgo de las mencionadas 'compras hormiga', tampoco. Y si tiene un exceso de oferta que va a incitar a esas compras innecesarias, no es tu supermercado de confianza. Para ver el supermercado que mejor va a tu familia, no hay otro método que el de 'acción-error'. Rastrea, comprueba y elige.
Los productos más baratos están en el último estante del lineal
Agacharse tiene recompensa
Último tip, y de los valiosos. El diseño de los supermercados no es casual. Están pensados para que durante el recorrido compremos más de lo que necesitamos. Pero, además de eso, la situación de los productos en el lineal importa. Los productos más baratos (y no de peor calidad) están en la última fila. La razón es que tendemos a comprar lo que está a la altura de los ojos y no solemos agacharnos para buscar. Realizar este pequeño esfuerzo tiene una recompensa económica.