Mandar a tu hijo con su abuelo o a un internado para meterle en vereda: ¿de verdad eso funciona?

  • Hablamos con una psicóloga sobre los complicados equilibrios de la disciplina: "Los chicos rebeldes deben superar el rol de oveja negra"

  • "Los padres quieren hijos perfectos, pero no hablan con ellos, no saben cómo se sienten"

  • "No funciona ningún tipo de maltrato, como gritos, insultos o amenazas, y sí los premios"

La paciencia de la Familia Real con Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón (24 años) ha llegado a su límite. Su implicación en una pelea a las puertas de una discoteca de Madrid, que acabó con varios heridos por arma blanca, ha sido el detonante final: la infanta Elena ha enviado a su hijo a vivir con su abuelo a Abu Dabi.

¿Qué representará el cambio en la vida del joven? Para saber hasta qué punto es bueno poner tierra de por medio, ya sea con un familiar o en un internado, hemos hablado con la psicóloga Lara Ferreiro.

¿Es eficaz mandar a un hijo díscolo con su abuelo, en otro país, para alejarle del foco de conflicto?

Lo más importante es que sepa por qué se va fuera, cuáles son las razones que ha tenido su familia para hacerlo. No serviría de nada mandarle fuera del foco de conflicto si no sabe por qué se toma la decisión. Tiene que tener conciencia interna del motivo por el que se va para que pueda aprender. El abuelo puede aconsejarle, puede ser una figura que admire y quiera. Puede ser un buen punto de referencia. Si va de manera rebelde, no va servir de nada.

¿Y mandarle un internado, que es lo que muchas familias han hecho durante años?

El tema de los internados es muy conflictivo, sobre todo por los prejuicios que se tienen. En algunos países del mundo estar en un internado es un privilegio, aunque en España se ve más como una amenaza o castigo. Yo estuve en un internado en Irlanda y es lo mejor que he hecho porque me permitió abrirme a otras culturas, pero depende. Si hablamos de pros y contras, es verdad que los internados para niños rebeldes tienen una formación exigente y proporcionan contactos útiles en el futuro. También es bueno que ofrecen convivencia entre los iguales. Los chicos rebeldes se dan cuenta de que no son una oveja negra y tienen una nueva identidad. También permiten que los chicos sean más autónomos.

¿Y los contras?

El internado va a ser bueno o malo en función de la adaptación del niño. Si el internado tiene unos métodos muy autoritarios, no va a funcionar, va a intimar con malas compañías y va a ser peor porque están lejos de la familia. También van a vivir la experiencia del internado como un castigo y va a ser contraproducente. Hay que ver qué tipo de internado es, quiénes son sus iguales y cómo se adapta el chaval en dos o tres meses.

¿Qué es la disciplina?

Es un conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden en una colectividad. Aporta muchísimas cosas buenas. Socialmente, nos adaptamos más, tenemos la autoestima más alta y se crea una estructura emocional sólida. Es muy importante. Necesitamos orden. Si no lo hay, se crea caos emocional. Algunos problemas psicológicos pueden venir de eso.

¿Dónde está el punto medio entre cierto orden y pasarse de duro?

Hay cuatro estilos de crianza: el autoritario, autoritativo, permisivo y negligente. El autoritario es cuando hay poco amor y muchas reglas. Eso acaba fatal. El mejor es el autoritativo-democrático: hay mucho amor, pero también límites. El permisivo es cuando hay mucho amor y ausencia de límites, y el negligente, cuando no hay amor ni límites. Se ha visto en muchas investigaciones que lo que mejor funciona es el estilo democrático. Hay que explicarles a los adolescentes por qué se hace una cosa, qué consecuencias tiene... Hay que entender que la obediencia y la disciplina no son la misma cosa. Castigar es una manera rápida de conseguir obediencia, pero está contraindicado, como golpear, insultar, gritar o amenazar. Solo son formas de maltrato o abuso.

¿Qué le diferencia de la disciplina?

La palabra 'disciplina' viene de 'discípulo', el que enseña ese conjunto de normas. Desde el punto de vista de la psicología positiva, se enseña de manera que no se lesione la auto-estima. Obviamente, es algo paulatino que no se consigue de la noche a la mañana. Hay que ser muy coherentes. El problema es que los padres se ponen nerviosos, no mantienen los límites.

¿Puede 'disciplinarse' un hombre de más de 20 años?

El cerebro y la personalidad se forman hasta los 22 años, aproximadamente. Se puede disciplinar, pero el primer paso es que tiene que saber que tiene un problema y qué herramientas tiene para poder superar eso. Froilán ha sufrido por el divorcio de sus padres y tiene que sentir la motivación intrínseca: que se haya cansado de ser la 'ovejita negra real' y que pueda cambiar. Poco a poco, debe ir asumiendo su camino y su responsabilidad. Cualquier persona a cualquier edad puede cambiar, pero para eso hay que tener conciencia de problema e intención de cambio.

¿Qué edad es la buena para encauzar a un chaval o chavala con problemas?

Mejor desde pequeños. Educar es algo parecido a un árbol: si crece torcido, es más difícil de arreglar. Desde pequeños habría que vigilar si el sistema educativo funciona. La adolescencia es muy complicada. Cuando son niños tienen que saber cómo funcionan las cosas y en la adolescencia complementar su experiencia. En la adultez temprana, a partir de los 18 años, es más difícil porque son más autónomos.

¿Qué sería lo más eficaz para un adolescente y para un veinteañero?

Sobre todo, cuando son pequeños, la autoestima está vinculada a tus padres. Cuando eres adolescentes, a los demás, y a los 20, hacia ti mismo. En el caso de Froilán, debe encontrar un nuevo rol en el que no sea la oveja negra; es decir, que destaque por algo positivo.

¿Qué hacer con un chico rebelde de 20 años?

Hay varios consejos. El primero es establecer una buena comunicación, tratar de entenderle y que pueda expresarse. Hay que darle su espacio para poder conocer su opinión. Ojo con comparar o con hacernos expectativas equivocadas. Prohibido prohibir, sobreproteger o ser negligentes. Hay que establecer límites muy claros. También hay que dar ejemplo. Los padres deben saber controlar el semáforo de la ira, tener empatía. Además, hay que dar nuevos roles, que tengan voz y voto en la familia.

¿Hay diferencias en la manera de encauzar a un joven entre hombres y mujeres?

Hay diferencias por la edad. Los hombres maduran más tarde que las mujeres.

¿Es mejor mandarle a terapia antes para ver qué hay debajo de la rebeldía?

Por supuesto, la terapia es muy buena opción para un adolescente, y, además, ellos quieren venir. La psicología para adolescentes también trabaja con los padres y las madres de una manera muy eficaz. El objetivo es mejorar la relación en casa y que él se quiera y tenga una buena autoestima.

Danos algunos consejos sencillos para unos padres que no sepan ya qué hacer

Hay que ir a la raíz de los problemas. También hay que establecer límites y hacerles saber cuáles son las consecuencias de saltarse las normas, pero, sobre todo, funcionan los premios. Hay que invertir mucha educación y energía en la educación de los niños. Si no, no va funcionar. Los padres quieren niños perfectos y, encima, pasan de ellos. Son muy tóxicas las comparaciones con los hermanos. Es algo muy dañino. También hay que evitar las presiones innecesarias, por ejemplo, con las notas. En definitiva, hay que hablar con ellos. Los padres no hablan con los niños, no saben cómo se sienten ni si tienen problemas. Hay que aceptar que los hijos no son perfectos, se van a equivocar y tienen que aprender por ellos mismos.