Las enfermedades que pueden padecer los hijos de padres mayores de 40

Cada vez más madres y padres postergan la edad de tener hijos por la falta de estabilidad y el cambio de preferencias vitales. Mientras, la pirámide poblacional española se resiente.

Según el informe 'Movimiento Natural de la Población' del INE, las mujeres españolas tienen hijos cada vez más tarde, y por lo tanto los hombres también lo son. Las estadísticas de 2021 desvelan que la edad media para dar a luz al primer hijo ha subido en solo un año de 31,22 a 31,54 años, el registro más alto de una serie histórica que no deja de crecer. En 1980, la edad media para dar a luz al primer hijo era de 25,06 años; en 1990 de 26,81; en el 2000 de 29,09; y en 2010 de 29,82.

En general, los riesgos de la maternidad tardía son mucho más conocidos entre la población y las mujeres son conscientes de la mayor dificultad del embarazo a partir de los 35 o 40 años. Pero ¿qué pasa con la edad de los padres? 

En términos generales, el sistema reproductivo masculino funciona en una lógica completamente diferente al femenino. Mientras las mujeres tienen un número de células sexuales o gametos finito, en el caso de los hombres la producción de espermatozoides -que comienza a partir de la pubertad- continúa durante toda su vida.

Y aquí viene la cuestión importante: aunque la fabricación de gametos masculinos es constante, la calidad de este proceso no es la misma a partir de cierta edad. Con el paso de los años, es natural que estas células se produzcan en cantidades más pequeñas y tengan más defectos. Estos defectos, a su vez, pueden impedir la fertilización

Algunas investigaciones indican que, incluso cuando los intentos de generar descendencia son exitosos, existe el riesgo de que el bebé presente con mayor frecuencia algunas afecciones de salud, desde deficiencias respiratorias a la hora del parto a autismo.

Según una investigación publicada en 2019 por expertos de la Universidad de Rutger, en Estados Unidos, los hijos de padres mayores de 45 años tienen mayor riesgo de nacimiento prematuro, nacimiento tardío, baja puntuación de Apgar (test que evalúa el estado de un bebé al nacer), bajo peso al nacer, mayor incidencia de convulsiones y defectos congénitos como enfermedad cardíaca congénita y paladar hendido. Además, a medida que maduran, tienen una mayor probabilidad de padecer autismo, cánceres infantiles, trastornos psiquiátricos y cognitivos.

Esquizofrenia y autismo

El estudio revisó trabajos de investigación realizados durante 40 años sobre la influencia de la edad de los padres en la fertilidad, la gestación y la salud de los niños. La autora principal, Gloria Bachman, directora del Instituto de Salud de la Mujer de la Universidad de Rutgers, cree que los problemas de fertilidad y de bienestar en la descendencia se deben a la caída de la testosterona que ocurre de forma natural a medida que se cumplen años. También lo achaca a una menor cantidad de espermatozoides y un semen de menor calidad como consecuencia del envejecimiento.

Ese daño que se produce en los espermatozoides conlleva alteraciones cromosómicas y daños en el ADN, y que los genes que transfiere al futuro ser tengan algún defecto. Según los investigadores, las mutaciones que se producen pueden conllevar trastornos del espectro autista y de esquizofrenia. De hecho, y aunque aún se desconoce el motivo, se sabe que el riesgo de esta enfermedad mental es de uno por cada 141 niños de padres menores de 25 años, frente a uno por cada 47 cuando superan los 50 años. Respecto al autismo, algunos estudios han demostrado que el riesgo aumenta cuando el padre tiene 30 años, se estanca después de los 40 y vuelven a incrementarse a los 50.

Otro estudio, publicado en BMJ y dirigido por el Dr. Michael L. Eisenberg, urólogo y jefe de medicina reproductiva y cirugía masculina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, concluyó que “más del 12 por ciento de los nacimientos de hijos de padres de 45 años o más con resultados adversos se podrían haber evitado si los padres hubiesen sido más jóvenes”.

Los riesgos asociados con los padres mayores van más allá de los obvios en el nacimiento. Una revisión anterior de estudios publicada por Eisenberg y el Dr. Simon L. Conti, profesor adjunto de clínica urológica en Stanford, asoció la edad de los padres con un mayor riesgo de que los bebés nazcan con enfermedades congénitas, como el enanismo, o que desarrollen trastornos psiquiátricos como esquizofrenia y trastorno bipolar, y otros trastornos del desarrollo.