Ha pasado ya tiempo, pero seguramente de vez en cuando recuerdas aquellos momentos de la primavera de 2020 cuando prácticamente el mundo entero vivió el confinamiento provocado por la pandemia de la covid-19. Unas semanas en las que salir de casa tenía que estar justificado con las pocas razones que lo permitían, como ir al supermercado o sacar a tu perro. Y de estos últimos hablamos, porque los cachorros que vivieron ese confinamiento siendo menores de tres meses y medio tienen en la actualidad problemas de comportamiento, según una investigación.
El estudio desarrollado por la universidad veterinaria Royal Veterinary College, en Londres, los ha denominado ‘cachorros pandémicos’, un trabajo que se centra en los animales de Reino Unido, pero que sus resultados pueden estar relacionados con otros países, como España, donde se vivieron confinamientos similares.
Durante el encierro en Reino Unido los parques de perros se mantuvieron abiertos durante determinadas horas del día con algunas restricciones, como las personas que podían estar en ellos a la vez, la distancia entre individuos o el uso de mascarilla en todo momento. ¿Qué ocurre? Que en ese momento los cachorros no vivieron la socialización necesaria para su desarrollo en un momento clave de su crecimiento, por lo que ahora sufren determinadas consecuencias en su comportamiento e interacción con otros canes.
La investigación se realizó con más de 1.000 convivientes con los ‘cachorros pandémicos’ de Reino Unido en el momento en el que los canes ya tenían 21 meses, casi dos años. Los datos de la encuesta que se realizó a los dueños de los animales desvelaron que el 20% de sus perros tenían ocho o más comportamientos problemáticos al alcanzar esa edad, entre ellos tirar más de la correa, apego e incluso agresión. Un tercio de ellos también señaló tener más dificultades de las esperadas para entrenarlos.
La autora principal del estudio y profesora de ciencias del bienestar y comportamiento de los animales de compañía, Rowena Parcker, señaló a The Guardian que “los perros no vienen listos para saber cómo pasar un día caminando con una correa, conociendo a otros perros, yendo a espacios sociales con otras personas; todas esas cosas deben ser enseñadas”.
Otro dato que destacan es que el 97% de los dueños encuestados señalaron que sus perros tenían al menos un comportamiento problemático de una lista de 24, quedándose en la media a cinco conductas problemáticas por animal. El problema más común es que tiran demasiado de la correa, aunque el 25% subrayó que sus perros tenían comportamientos agresivos.
Parcker también recalcó que el 82% de los dueños utilizaban uno o más métodos relacionados con el castigo, como gritos o empujones con sus perros, algo que puede causar todavía más problemas de conducta en los canes.
En todo caso, la experta recuerda que pese a que el estudio tiene unos resultados claros, no se puede comparar la prevalencia de las conductas problemáticas de los cachorros que crecieron en el confinamiento de la pandemia con los que lo hicieron antes o después.