Sin duda alguna los perros son una de las mejores compañías para el ser humano, dan amor incondicional a su familia y son uno de los grandes apoyos en casa. La relación y vínculo entre los perros y sus dueños es infranqueable y trae consigo múltiples beneficios. Además, diferentes estudios confirman que el afecto y el cariño que el dueño les brinda a las mascotas genera una impresión positiva que se relaciona directamente con la memoria a largo plazo de los perros.
No obstante, es importante destacar que los perros tienen un mecanismo de memoria muy diferente al de los humanos. Por un lado, tienen una memoria a corto plazo que dura apenas unos segundos, por eso olvida qué comió ayer o que ha sido el causante de algún destrozo casero hace horas. Pero también tienen una memoria a largo plazo es de tipo asociativo, por lo que es capaz de asociar que el veterinario es el sitio donde le pinchan o le tocan en la pata donde le duele, generando miedo, o que a la orden de 'dame la pata', si la levanta le dan un premio o que un amigo del dueño siempre que va a casa juega con él, así que cuando viene se pone más contento de lo normal. Las asociaciones pueden ser tanto positivas como negativas.
Los últimos estudios certifican que podrían tener también cierta memoria episódica, mucho más compleja, por lo que podrían aprender acciones básicas mediante la observación y reproducirlas a corto o medio plazo. Además, pueden reconocer y recordar mediante el olfato y el oído. El funcionamiento es muy similar, pues asocian ese olor a una persona conocida o a un alimento que le gusta o no le gusta nada.
Otro aspecto interesante de la memoria de los perros es su capacidad para aprender y recordar comandos y trucos. Los perros pueden recordar y seguir instrucciones que han sido entrenados para realizar, incluso después de un tiempo sin practicarlos. Esto demuestra que los perros tienen una memoria procedural, es decir, la capacidad de recordar cómo hacer algo.
Sin embargo, la memoria de los perros no es infalible. Al igual que en los humanos, los perros pueden olvidar información con el tiempo o si no se refuerza adecuadamente. Como decíamos, la memoria de los perros es altamente influenciada por el contexto y las asociaciones emocionales.
La capacidad de los perros para recordar animales y seres humanos es muy amplia. Estudios y experimentos han demostrado que los perros reaccionan de manera positiva cuando se reencuentran con animales con los que han convivido, y de forma muy especial, cuando vuelven a coincidir con sus antiguos dueños.
La memoria de los canes es imborrable, si fuiste el dueño de un perro durante mucho tiempo y dejas de convivir con él, aunque pasen los años, el perro seguirá alegrándose al verte como si el tiempo no hubiera pasado. Esto también ocurre con cuidadores esporádicos o amigos con los que pasen mucho tiempo.
Los dueños o personas que han convivido con un perro permanecen siempre en la memoria del perro, no obstante, el can recuerda a las personas cuando están frente a él, por lo que más que recordar estaríamos hablando de “reconocer''.
La mente del perro no busca en sus recuerdos de forma lúdica, práctica o voluntaria como lo hace el ser humano. Por el contrario, el perro utiliza su recuerdo siempre con fines prácticos a cortísimo plazo. Sus recuerdos son llamados por asociación, generalmente sensorial. Cuando un perro recuerda a un dueño que ya no está presente en su vida lo hará por asociación, no por decisión propia.
Los perros no son animales de la casa, sino que pertenecen asociados a un líder, ellos nunca pierden de vista dónde está su humano de referencia, analizan los sonidos que describe en todo momento y hacen un seguimiento continuo de cada uno de sus movimientos: sonoros, físicos y olfativos. Cuando esos ritmos se truncan y desaparecen el perro puede quedar desorientado.