La última cena del año merece una celebración en toda regla, ya sea porque se anhela darle carpetazo al 2024 por haber sido horrible o, al contrario, se quiere despedir con todos los honores. Dejando a un lado el menú y los participantes, en Uppers te sugerimos cómo decorar la mesa en Nochevieja con varias propuestas y sugerencias para que todo salga estupendamente bien.
Las variables para sentarse a la mesa en las cenas y comidas navideñas son innumerables: familias que se llevan fenomenal; familias que se llevan fatal; amigos que se reúnen cada año; estudiantes o asalariados que no pueden volver a casa; gente solitaria; o incluso cenas a distancia. El caso es reunirse o no en un escenario digno de recordar e incluso de fotografiar.
Antes de pasar a las decoraciones de la mesa o del fondo de pantalla (para cenas a distancia) conviene tener presente unas cuantas recomendaciones:
Una vez sentadas las bases, estas son las mejores ideas para decorar la mesa en Nochevieja:
Consiste en sacar lo mejor del menaje que se tenga en casa (vajilla, cubertería y copas). La tendencia es mezclar de varios tipos siempre que tengan algún color o detalle en común. Si alguna pieza se rompe, es bueno correr con el riesgo, habrá cumplido con su cometido en vez de estar acumulando polvo dentro de un armario. Bajo toda esta maravilla de platos, tenedores y cristal debe lucir un buen mantel o fabricarse uno siguiendo las indicaciones mencionadas. Lo más elegante es disponer las servilletas sobre los platos que se pueden doblar formando un rectángulo.
Después hay que rodear cada una con una cinta de terciopelo, del mismo color o gama cromática que el mantel, formando una lazada. Se puede colocar uno o varios centros de mesa navideños pero dependerá del menú. Cuando la cena se sirve en los platos directamente es suficiente con entremezclar velas grandes en plata o en dorado junto a unas ramas de acebo, de laurel o de romero fresco que además aromatizan. Sin embargo, con un menú que consiste en un picoteo todos esos detalles van a estorbar a los comensales de modo que lo lógico es trasladarlos al alfeizar de las ventanas, al aparador o a las mesas auxiliares.
El estilo de una decoración romántica para la mesa de Nochevieja se decanta por una gama de colores azules, rosas, amarillos, naranjas o verdes pero siempre en tonos pastel mezclados con blancos o beiges e incluso con grises muy suaves. Sobre el mantel y a modo de bajoplatos se pueden extender paños de cocina o servilletas con dibujos vegetales y florares o cuadros vichi. En el centro de la mesa queda deslumbrante un grupo de velas en blanco o en colores tierra enmarcadas por delicadas rosas de tela.
Otra propuesta es disponer unos jarrones o botes de cristal con pequeñas velas en su interior o cintas de luces que se activan con una pila. El efecto de las luces reflejadas en el cristal invita a relajarse y a conversar. Como colofón se pueden seleccionar unos versos de un poeta del Romanticismo y escribirlos en una tarjeta con buena letra a modo de dedicatoria para cada comensal. Antes de empezar a cenar o con el postre leer esos versos en voz alta aporta diferentes perspectivas a esta cena tan señalada e incluso la hace inolvidable.
El rojo y el verde son los colores protagonistas de la Navidad por razones de peso de modo que nunca será una tendencia hortera. El rojo significa amor, pasión y calor, ya sea el amor divino que se quiere representar celebrando el nacimiento de Jesús o el amor entre la familia y los amigos. Con el verde, por su parte, se pretende hacer un homenaje a la vida eterna, a la esperanza y a la paz.
Bajo esta reflexión decorar la mesa de Nochevieja en verdes y rojos es una elección excelente y muy acertada. Se puede empezar por el mantel cuya tendencia es el tejido escoces combinado con bajoplatos en ambos colores o en uno solo. En cuanto a la vajilla suele ser más agradable decantarse por platos en tonos blancos o muy claros que contrastan con la fuerza del rojo y el verde. Como centros de mesa será suficiente con dispersar unas bolas de Navidad en estos colores protagonistas pero en sus tonalidades más brillantes y mezclarlas con piñas de diversos tamaños.