La propuesta de Vigo en pandemia: una cabalgata en la que desfilen los niños, no los Reyes Magos
El alcalde la localidad, Abel Caballero, apuesta por un desfile estático en una calle "grande y ancha" para salvar la cabalgata de los Reyes Magos
En lugar de que los Reyes vayan en carroza, se quedarán de pie y serán los niños y padres los que se acerquen a ellos con distancia de seguridad
Se plantea hacer el encendido de luces con un aforo máximo de 400 personas
Con la Navidad en entredicho, comienzan los sudores fríos para explicar nuestros niños que lo más seguro es que se suspenda la cabalgata de los Reyes Magos de este año. En Madrid, esta mañana han anunciado que las cabalgatas de los barrios no podrán realizarse, aunque se mantendrá, por el momento, el gran desfile que pasa por Atocha. Sin embargo, a menos que la situación cambie radicalmente, la mayoría de los barrios de la capital se quedarán sin ver a los reyes Melchor, Gaspar y Baltasar. Mientras esto ocurre, en Vigo ya están ultimando la que será su cabalgata adaptada a la COVID-19: estática, en una calle ancha y de uno en uno.
Cabalgata estática
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El alcalde de la localidad gallega, Abel Caballero, confirmó el pasado viernes en una nota de prensa que la ciudad celebrará su campaña de navidad "al mil por cien". Este año no habrá desfiles ni calles abarrotadas, sino una cabalgata estática. En lugar de desfilar, los reyes se quedarán de pie en una calle "grande y ancha", en palabras del regidor, y serán los niños y sus padres quienes "de forma ordenada y guardando la distancia de seguridad" pasarán por delante de la comitiva para saludar a sus majestados de Oriente.
Desalojo de coches en el centro
También se prevé desalojar a los coches del centro de la ciudad para tener más espacio y poder albergar una mayor afluencia de gente, aunque siempre garantizando la distancia mínima de 1,5 metros. El aforo se controlará por cámaras y se valora la posibilidad de establecer 'semáforos' -como ya ocurre en algunos supermercados- que regulen el acceso del público. Habrá también un considerable aumento de patrullas policiales para garantizar que no se produzcan aglomeraciones en los puntos de entrada y salida del evento.
Luces: 400 personas como máximo
Respecto al acto del encendido de las tradicionales luces de Navidad, el ayuntamiento plantea celebrarlo con un aforo máximo de 400 personas sentadas en butacas preasignadas, aunque dependerá de la evolución de la pandemia en el municipio. Lo que es prácticamente seguro es que se podrá seguir a través de la televisión y en 'streaming' a través de internet. "Si la gente no puede venir, iremos nosotros", dijo Caballero la semana pasada, mandando un mensaje de tranquilidad para padres e hijos, que aunque adaptada a los tiempos, podrán disfrutar de la presencia de los Reyes Magos.
Apuesta por mantener la Navidad
Se trata de una iniciativa novedosa y una fuerte apuesta por mantener las tradiciones en un momento de salud pública complicado, que dificulta viabilidad de las aglomeraciones. Por ello, los esfuerzos de Vigo para ofrecer una cabalgata de reyes segura podrían ser exportables al resto del país, con el objetivo de que los niños no se queden sin ver un espectáculo tan tradicional como necesario para el desarrollo de su infancia. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona la pandemia en España. Por el momento, es complicado que se pueda llevar a cabo en determinados lugares, como es el caso de Navarra, Aragón o Madrid, que han vuelto a las restricciones de movilidad durante los últimos días para contener el avance del coronavirus.
¿Los reyes van a ver a los niños?
Hace casi un mes, en Uppers contamos la idea que había tenido un usuario de Facebook, Alonso Ortega López, que compartió su particular organización de la cabalgata en tiempos de pandemia. "Todo parece indicar que en navidad todo seguirá igual o peor que ahora y, por lo tanto, no habrá cabalgatas de Reyes Magos. Como niño, hace mucho, y como tío, ahora, no me puedo imaginar unas navidades sin ver la cara de ilusión de los niños ese día", lamenta Ortega.
Aunque da una solución: que los Reyes Magos "vayan a casa" de los niños. O, mejor dicho, que los vean a través de las ventanas y balcones del mismo modo que veían a los policías locales cantando el 'Cumpleaños Feliz' en los peores momentos del confinamiento en primavera.