A medida que pasan los años, el lenguaje de la juventud se va transformando y las fórmulas que unos utilizaban quedan enterradas por el recambio de las distintas generaciones. Nos ha sucedido a todos y seguirá pasando, al menos mientras exista la humanidad. Es una cuestión puramente generacional: no hay que avergonzarse por desconocer las nuevas jergas que van surgiendo. Simplemente nos vamos desconectando, quizá influenciados por las prisas del día a día, la tiranía de los horarios y la pérdida del foco en lo más importante: pasarlo guay.
Si has llegado hasta aquí, es posible que se te haya pasado por la cabeza lo que vas a leer a continuación. ¿Dirán 'guay' los jóvenes en la actualidad? ¿Ha caído en desuso la expresión 'guay del paraguay'? ¿Ha muerto 'chachi'? ¿Saben la juventud a qué me estaré refiriendo cuando decido rebuscar en el vocabulario de mi época y les suelto algunas de las palabras que se decían por aquel entonces? En Uppers
Como un buen upper está informado y actualizado al milímetro, no queremos que dejes pasar la oportunidad de conocer la jerga del momento y sorprender a tus hijos utilizando su propio vocabulario. Por ello, hemos acudido a cinco jóvenes de entre 23 y 26 años y les hemos preguntado cómo dicen ellos 'guay'. ¿Qué dicen los chavales hoy en día? ¿Ha cambiado tanto el vocabulario? Ahí van unos cuantos apuntes que quizá deberías tener en cuenta para hablar bien 'crema'.
Quim, contrabajista (25 años)
-De locos
-Crema
-Chicha
Pablo, graduado en ADE y estudiante de un MBA (26 años)
-Gozas
-Me renta
-Mel
Diego, turismólogo (25 años)
-Bomba
-Canela en rama
-Fresco
Guillem, historiador (24 años)
-Flama
-Letal
-Rentoso
Miguel, emprendedor (25 años)
-Manjar
-Meleta
-Tralla
Aunque el vocabulario ha cambiado -y mucho-, nuestros jóvenes nos confirman que la gente de hoy en día sigue utilizando 'guay' como forma canónica de decir que algo está bien, les gusta o están conformes. "No está en desuso en absoluto. Yo lo sigo utilizando, y todo mi entorno también", nos relata Guillem. "Claro, yo lo digo mucho todavía", confirma Miguel. Eso sí: la nueva jerga se va imponiendo y cada vez surgen nuevas fórmulas con las que referirse a ello.
"De tanto repetirlo en casa y con mis amigos, he conseguido que mi madre diga 'gozas'", cuenta entre risas Pablo, que estudia fuera de casa. También sigue diciendo guay, aunque mucho menos que otras fórmulas.