Cuando llega el verano se empieza a hacer uso de muchos aparatos que hasta entonces tenías apartados. Los que tienen aire acondicionado lo limpian para dejarlo en perfectas condiciones para su funcionamiento los próximos meses, pero los que cuentan con un ventilador creen que con volver a encenderlo es suficiente, y lo cierto es que probablemente te encontrarás con algún que otro problemilla en tu ventilador de techo. Si antes era el calor lo que no te dejaba dormir, puede que ahora sea el exceso de ruido o de vibración que provoca el ventilador. Por lo general, es una situación fácil de solucionar, así que, ¡manos a la obra!
Tras estar varios meses sin utilizarlo es normal que se pueda deteriorar algo o se aflojen algunas piezas, por eso es el momento de coger la escalera y revisar bien su estado. Lo primero es comprobar cómo están los tornillos que anclan el ventilador al techo y los que unen las aspas al motor. Si alguno de ellos está algo suelto puede ser la causa de esos ruidos o vibraciones molestas que no te dejan dormir tranquilamente por las noches. Una vez compruebas todos los tornillos, ponlo a funcionar para ver si vuelve el ruido, si este aún está presente, habrá que continuar investigando.
A pesar de que todos los tornillos están correctamente montados, la vibración no desaparece, por eso hay que hacer una revisión a las aspas, ya que probablemente alguna esté desequilibrada. Ahora bien, ¿cómo se sabe si alguna no está del todo equilibrada con el resto de aspas? Muchos ventiladores cuentan con sus propios kits para equilibrarlo, pero también se puede hacer de formas más caseras o comprando el kit en cualquier ferretería. También es cierto que puede que una de las aspas esté rota o doblada, por lo que la mejor solución sería sustituirla por una nueva.
Equilibrar un ventilador con un kit es sencillo porque trae todo lo necesario para ello. El clip de equilibrio se coloca en la aspa que sospechas que es la defectuosa y pones a funcionar el ventilador para ver si continúa con el problema o si por el contrario se resuelve. Una vez encuentres el aspa que está provocando los ruidos hay que colocar un peso de equilibrio, empezando por los más ligeros e ir probando con cuál se soluciona. Una vez hayas encontrado el idóneo, hay que pegarlo al aspa para que no se caiga y ya solo queda volver a dormir al fresquito sin ningún ruido.
Ya puestos, para dejar el ventilador impoluto habrá que hacer unas cuantas cosillas más para que quede perfecto. Lo primero es limpiarlo, pues seguramente estará lleno de polvo y cuando comienza a girar puede ser perjudicial para el mismo aparato y también para ti, pues removerá todo el polvo y, en especial si eres alérgico, no será lo mejor para tu salud. Para ello, el ventilador debe estar apagado y sin movimiento, eso sí, límpialo sin líquido, pues si cae en el motor podría estropearlo.
Además, si puedes, desmota las aspas para limpiarlas más fácilmente y así también hacerlo en la unión de ellas con el cuerpo del motor, donde se podría acumular mucha suciedad. Y antes de terminar, asegúrate que el soporte está bien fijado al techo y que no hay ningún punto que pueda dar problemas de nuevo al usarlo.
Ojo también a la lubricación, pues si el ventilador ha estado muchos meses parado puede que sea normal que chirríe o vibre al usarlo, por eso no está de más utilizar un aceite o lubricante especial que pueda solucionar esos molestos ruidos. Además, como consejo, es preferible no usar las velocidades máximas, pues por lo general son las que más ruido hacen. Por eso mismo es mejor una media o moderada que también ofrezca aire fresco y que no sea tan molesto.
Si pensabas que la vibración o el ruido de tu ventilador era algo normal estabas equivocado, probablemente se trate de que hay un tornillo suelto o alguna de las aspas no está debidamente equilibrada con las demás. Con una simple revisión podrás dar con el problema y si necesitas equilibrar algún aspa, lo puedes hacer tú mismo con un kit que se vende en cualquier ferretería o pedir ayuda a un especialista que tendrá más idea de lo que hace, ¡tú decides!