En casa hay algunos elementos a los que somos algo reacios a lavar, como puede ser el edredón. Siempre hay cierto miedo a meter cosas tan delicadas en la lavadora por eso de si será muy pesado para tu electrodoméstico o si el programa de lavado seleccionado es el idóneo para que salga como nuevo. Algo parecido a lo que ocurre con el edredón también ocurre con las almohadas de plumas. A pesar de que ya no se ven tanto como antes, siguen siendo la opción preferida de muchos usuarios por lo suaves que son al tacto. ¿Se pueden meter en la lavadora? ¿Cada cuánto se aconseja lavarlas?
Pues sí, las almohadas de plumas puedes lavarlas, pero no todas. Si eres de los que aún no ha abandonado este tipo de almohadas seguro que sabrás que las hay de dos tipos, las que tienen plumas naturales y las que las tienen sintéticas. Las naturales no se aconseja lavarlas a máquina, aunque ante cualquier mancha o suciedad puedes utilizar otros métodos para mantenerla limpia. Por su parte, la sintética sí que puedes meterla en la lavadora para que salga como si la hubieses comprado ahora mismo.
Para lavarla debes quitarle todos los forros que lleve, pero antes de meter la almohada de plumas en la lavadora asegúrate de que todas sus costuras están bien remendadas, pues cualquier pequeño agujero podría hacerse más grande en el lavado, lo que haría que la almohada perdiese parte de su relleno. Ahora bien, se suele aconsejar el meter las almohadas de plumas de dos en dos en la lavadora, cosa que dependerá de la capacidad de tu tambor, pero así aprovecharás el espacio teniendo en cuenta que al mojarse van a aumentar de peso pero van a perder muchísimo volumen.
Como consejo, para que el interior de la almohada no se apelmace, se recomienda meter unas pocas pelotas de tenis, no más de cuatro, envueltas en calcetines. Así, durante el lavado las pelotas irán golpeando las almohadas. En cuanto al detergente, lo mejor es que sea líquido y que eches la mitad o un poco menos de lo que sueles poner en tus lavados normales. Con un programa de lavado delicado y una temperatura del agua que no sea extremadamente caliente puedes poner a funcionar la lavadora.
Ahora bien, el aclarado es una fase bastante importante para que no quede ningún rastro de jabón en las almohadas, de forma que el más largo que tenga la lavadora sería el idóneo. Además, utiliza el centrifugado para que así al sacarlas estén lo menos húmedas posible y suelten todo el exceso de agua que les ha provocado el lavado a máquina. En caso de que al sacarlas tengan mucha agua, nunca las estrujes para escurrirlas, lo mejor es dejarlas sobre una superficie con una toalla debajo y presionar para que suelen el máximo posible de agua.
A la hora de secar tu almohada la secadora puede ser tu aliada, eso sí, siempre en temperaturas bajas y suaves para evitar cualquier daño sobre el tejido o las plumas. Al igual que en la lavadora, no olvides de meter unas cuantas pelotas de tenis para que salgan de la secadora bien esponjosas. Como es posible que no tengas secadora también puedes dejarlas secar al aire en un sitio con buena ventilación y en plano, nada de colgarlas con pinzas. De esta manera, al estar en plano podrás irle dando pequeños golpes para que durante el secado no queden apelmazadas.
Una vez estén completamente secas podrás volver a ponerles su protector y su funda para volver a conciliar el sueño plácidamente con tu almohada de plumas totalmente limpia, como si la acabases de comprar. La periodicidad de la limpieza dependerá de su uso o de su suciedad, pero al menos debería repetirse este proceso una o dos veces al año.