Con la llegada del invierno aparece de nuevo uno de los inconvenientes del frío: la lentitud a la hora de secar la ropa. El proceso se eterniza debido a las bajas temperaturas y las lluvias, comunes durante los primeros meses del año. Después de un par de días, las prendas que podemos necesitar urgentemente todavía están húmedas. Secarlas al aire libre no parece una buena opción. Por ello, te damos una serie de consejos para aligerar el proceso haciéndolo dentro de casa.
El exceso de agua es una de las causas de que la ropa tarde más en secarse, debido al frío y la humedad. A este respecto, es recomendable dar dos centrifugados a la misma cantidad de ropa, ya que eliminará el exceso de agua y permitirá que las prendas se sequen antes. Si se trata de tejidos que resisten mejor el lavado, podemos hacerlo sin ningún problema, incluso eligiendo un ciclo más rápido. En caso de que vayamos a lavar ropa más sensible, es mejor un ciclo corto y un único lavado.
Pero no pongas la ropa encima, ya que podrías quemarla. Simplemente debes tender como lo harías normalmente y poner el tendedero cerca de la estufa, radiador o el sistema de calidez que tengamos instalado en casa. De esta forma, aligerarás el proceso de forma considerable y conseguirás que la ropa esté a punto para la ocasión.
Puede que tardemos más y debamos poner varias lavadoras cuando es posible acabar de una tirada, pero cuanta más ropa hay más agua se queda acumulada. Y ello, por supuesto, provoca que sea más costoso el proceso de secado. No llenes el tanque; haz lavadoras más cortas. Además, quedará más limpia cuanta menos cantidad de prendas hayamos metido.
Cuanto más junta está la ropa mojada, más tarda en secarse. Si no disponemos del espacio suficiente para tender, es mejor hacer lavados cortos y espaciar la ropa que tengamos limpia para que pueda secarse antes. De esta forma, el aire circula mejor y se centra en las prendas separadas. También puedes hacerte con un tendedero más grande, lo que permitirá lavadoras con más camisetas, pantalones y ropa interior.
Las habitaciones que tienen más luz y espacio son ideales cuando tendemos dentro de casa. Coloca el tendedero donde llegue más luz y el aire sea más continuado. Y no olvides abrir la ventana (claro está, si no llueve): el aire fresco contribuye a secar nuestra ropa de una forma más efectiva y limita la posibilidad de que se generen bacterias en la misma.
Parece una tontería, pero no lo es. Además de organizar la ropa de forma correcta, es muy importante que todas las prendas que hayamos lavado estén bien estiradas en el tendedero para que el aire llegue a todos los lugares y contribuya, así, a un secado más rápido.