Son tiempos tan tristes como difíciles. España ha sido uno de los países más golpeados por la pandemia del coronavirus, una enfermedad que ha contagiado a más de 1 millón de personas en nuestro país y se ha cobrado la vida de más de 36.000 enfermos. Durante los primeros meses del confinamiento, donde los fallecidos diarios ascendían a miles, muchas personas no pudieron despedirse de sus allegados. Ahora, aunque con restricciones, los familiares de las personas fallecidas ya pueden ofrecerles un último adiós. Un duelo que, teniendo en cuenta el mal momento económico por el que pasan millones de personas en nuestro país, sale caro: 3.500 euros de media en España. Aunque, según detalla la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio depende de la ciudad en la que se resida.
Así consta en la última publicación de la OCU, que además critica la escasa transparencia que existe a la hora de conocer el presupuesto de los velatorios. De una revisión de 50 empresas funerarias en 16 ciudades, con el objetivo de "verificar" si se exponía el libro de tarifas, solo 5 informaban de forma "completa y detallada" acerca de las tarifas. Del total, 8 de ellas mostraban alguna indicación acerca de los gastos globales y 37 no ofrecían "ninguna información sobre sus precios". Hay, por tanto, un amplio volumen de empresas funerarias que no especifican las tarifas de sus servicios, por lo que los altos precios se suman a la incertidumbre.
Hace algún tiempo, la OCU también señalaba que dependiendo de la ciudad, el precio era mayor o menor. "En Cuenca, Tenerife o Las Palmas un entierro cuesta la mitad que en Vigo o Ciudad Real... y mucho menos que en Tarragona y Barcelona", explican desde el organismo. Estas dos últimas ciudades tenían en 2013 los precios más altos por servicios funerarios. También pudo comprobar cómo en ciudades como Alicante, Valencia o Madrid podía llegar a ahorrarse un total de 2.000 euros. Pese a las diferencias existentes, a nivel general, el ahorro medio entre las funerarias caras y baratas de una ciudad podría ascender a 900 euros.
Tradicionalmente la incineración supone un ahorro "notable" en algunas ciudades, en tanto que los precios están correlacionados: "a entierros baratos, cremaciones baratas y viceversa", dice la organización. En algunos casos, las empresas funerarias facilitan un féretro más económico en caso de optar por la incineración. En cualquier caso, según la OCU, el precio del cementerio marca diferencias, que se acentúan en caso de vivir en una u otra ciudad, y termina influyendo en el coste final que debe pagar el usuario para despedir a su ser querido.
Además del alto precio per se, otros factores influyen a la hora de generar sobrecostes en los funerales y el mantenimiento de los féretros o nichos. Estos son algunos de los que detalla la OCU y que hay que tener en cuenta a la hora de hacer cuentas.
Estos factores terminan por disparar el precio, aunque hay algunos ayuntamientos que cuentan con "tarifas especiales" para casos de fallecidos en situación económica delicada.