Queda algo más de un mes para que comience la Navidad y las dudas siguen en el aire. ¿Reducción de aforos? ¿Límite de personas en las reuniones sociales? ¿Toque de queda? ¿Y las cenas de Nochebuena y Año Nuevo? España se prepara ante unas Navidades atípicas, pero son pocas las comunidades autónomas que hablan explícitamente de medidas para aunar control de la pandemia y celebración. A este respecto, Cataluña se ha adelantado al resto de España y comienza a hablar abiertamente de posibles medidas de restricción y toque de queda para los próximos meses. ¿Es Cataluña un reflejo de las Navidades que se vienen?
Pese a que la portavoz del Govern, Meritxell Budó, reiteró a lo largo de la rueda de prensa de ayer que no podían hacer previsiones de futuro en escenarios como la Navidad, el área de Salud de la Generalitat filtró ayer un documento a los medios de comunicación en el que detallaba una suerte de desescalada gradual repartida en cuatro tramos, revisados cada 15 días.
En el documento se detalla que las reuniones sociales se ampliarán hasta las 10 personas a partir (como mínimo) del 21 de diciembre. Esto hace pensar que las cenas de Nochebuena y Nochevieja y la comidas del día 25 serán posibles, aunque reducidas. Ello irá acompañado de medidas de apertura para bares y restaurantes, que actualmente realizan servicios de entrega a domicilio. En la supuesta fase de Navidad, abrirían de nuevo hasta las 23:00 horas con un aforo reducido al 50 %.
Lo que sí parece que va para largo es el toque de queda. La propuesta de Salud confirma la continuación del toque de queda a partir de las 22 horas hasta las 6:00 de la mañana, una medida que previsiblemente se extenderá durante todas las Navidades y que permanecerá vigente hasta la última fase de la 'desescalada' que plantea el gobierno autonómico, en enero. Hay que tener claro que esto todavía es un borrador sujeto a la evolución epidemiológica de la pandemia durante las próximas semanas.
"El marco mental no ha de ser que estamos en desescalada. No estamos aquí. Estamos a punto de entrar en invierno, nos encontramos con un escenario distinto en el que las actividades se realizan en espacios cerrados", ha alertado la portavoz del Govern, que también ha reconocido que la desescalada fue precipitada. El mensaje es el de siempre: prudencia con los datos, no adelantar acontecimientos y esperar a la evolución de los datos epidemiológicos durante las próximas semanas para tomar decisiones lo más precisas posibles.
Sin embargo, el documento filtrado a los medios catalanes permite vislumbrar un horizonte medianamente esperanzador, en el que podría mantenerse una versión 'light' de las tradicionales cenas y comidas propias de la Navidad, con un aumento del número de personas en las reuniones sociales, una reapertura paulatina de la restauración y los comercios que comenzará desde el próximo 7 de diciembre (si todo va bien) y la recuperación de una parte importante del aforo de las actividades culturales, que podrían llegar al 70 % durante las Navidades.