Con el Black Friday a la vuelta de la esquina, puede que ya estés pensando en la lista de regalos para estas navidades. En un año tan raro en el que los mejores presentes son los prácticos, puede que debas cambiar la famosa corbata, innecesaria en muchos casos debido al teletrabajo, por una buena mascarilla. A estas alturas ya tenemos claro cuáles son las más seguras: las FFP2 encabeza la lista, seguidas de las quirúrgicas y de las higiénicas reutilizables con filtros. Sin embargo, hay otras que, por todavía no tener la homologación española, no las incluimos pero que sí cumplen la normativa europea.
Hablamos de las mascarillas transparentes. El Gobierno lleva meses trabajando en la fórmula para homologarlas lo antes posible, sobre todo por la presión realizada por determinados colectivos, como el de personas con discapacidad auditiva, para los que son fundamentales para lograr comunicarse. Según los datos de la OMS, a nivel mundial más del 5% de la población sufre estos problemas. Te contamos dónde puedes encontrar este accesorio que permite, dentro de lo que cabe, vernos las caras como estábamos acostumbrados antes de la pandemia.
La red es, por ahora, el punto más fácil para encontrarlas, sin embargo, no todas son iguales. Cuando hablamos de mascarillas transparentes debemos dejar claro que no se consideran como tales las pantallas que cubren toda la cara y que ya sabemos que no protegen bien, tampoco aquellas que no se ajustan a nariz y boca, sino que simplemente la cubren. Para considerarse eficaz su forma debe ser similar a la de las higiénicas.
Algunas, incluso, se encuentran en estadios muy avanzados de desarrollo como pueden ser las Allegra Mask, comercializadas en nuestro país a través de Publi Express. Estas barreras de protección cuentan con homologación europea y son consideradas productos sanitarios y equipos de protección individual (EPI). Están fabricadas con policarbonato y cuestan alrededor de 30 euros. La sujeción a la cabeza se realiza a través de unas patillas, en lugar de con gomas y cuenta con un revestimiento antivaho, así como con una almohadilla que se coloca en el tabique nasal para evitar molestos roces.
Diseñadas por un español residente en Italia, Cliu es otra de las mascarillas transparentes que buscan aprobación. Estas, sin embargo, son un verdadero gadget tecnológico. Además de ser una protección, cuentan con micrófono y gracias a su aplicación móvil te permite conocer el estado de los filtros y acceder en tiempo real a información sobre el estado de tu respiración. Estos tapabocas están muy solicitados, tanto es así que para conseguir uno deberás guardar lista de espera. Su precio oscila entre los 98 y los 250 euros.
Fabricadas aquí, Weetbe, una startup de tres jóvenes vascos, ofrece la ‘Osaka mask’ una mascarilla transparente pensada para tres colectivos. Personas con problemas auditivos, profesionales que deben estar muchas horas utilizándola y aquellos que están muy expuestos. Está fabricada en policarbonato y cuenta con filtros intercambiables que tienen una duración de entre 5 y 7 días. Cuesta 49 euros y 19 euros el de filtros para tres meses. Desde Weetbe aseguran que el Organismo Notificado nº 0370 APPLUS certifica que cumplen la normativa UNE0065:2020 (Certificado Español) y la CWA 17553:2020 (Certificado Europeo).
Como explicábamos anteriormente, las mascarillas transparentes todavía no cuentan con homologación oficial española, es decir, que no tienen la garantía UNE0064 ni UNE0065, porque estas no estudiaron las características de estas barreras de protección, pero algunas sí que tienen el certificado CEE 93/42, que es el homólogo europeo y que las acredita como un producto sanitario.
Por esta razón, en las farmacias todavía es complicado encontrarlas y seguirá siendo así hasta que cumplan la normativa española. Sin embargo, es importante recalcar que entre una de tela sin ningún tipo de control como las que se encuentran en algunos establecimientos o se cosen de forma casera, y una transparente con garantías europeas, estas últimas son más seguras y lograrían el cuarto puesto en el top de mascarillas.
Es más, el propio Ministerio de Consumo asegura que aunque una mascarilla no tenga la especificación UNE no significa que no proteja, sino que puede seguir otras normas que estén reflejadas en su etiqueta.