Que te hagan un regalo siempre está bien... Excepto cuando no los pides. Entonces, pasa a ser un poco siniestro. Hace unos días contábamos la historia de Jean Van Landeghem, el hombre belga de 65 años al que le enviaban pizzas sin haberlas pedido. Ahora hemos conocido la versión española de este acontecimiento singular. Hace bastantes meses, un matrimonio catalán recibe paquetes de Amazon en su casa. El problema es que no han pedido ninguno de ellos.
Marta Vilaseca y Toni Trueba son los destinatarios de estos regalos sin emisor. A su hogar llegan entre 2 y 3 paquetes mensualmente. "No sé quién me los envía, estoy flipando. Parece una broma pesada", contó Toni a Rac 1, en declaraciones recogidas por ElNacional.cat. "Solo pone Toni, sin los apellidos". El primer regalo que llegó a casa de los Trueba Vilaseca fue una tienda para bebés. Precisamente, Marta estaba embarazada por aquel entonces, por lo que el bromista debe ser una persona del entorno de ambos, pensó Toni.
Después de aquello vinieron más cosas: fundas para el móvil, un dosificador de pastillas, una mochila, muñecas... Toda una serie de obsequios que nunca fueron pedidos por el matrimonio y que llegaban de forma mensual. La forma de proceder de Marta y Toni ha sido diferente dependiendo de qué les ha ido llegando a casa. Algunos de los regalos se los han quedado, otros los han dado a sus amigos e incluso algún repartidor se los ha llevado a su casa.
Con cierto grado de preocupación, Toni intentó que Amazon le diera algún dato acerca del emisor del pedido. La empresa se niega, por el momento, debido a las políticas de privacidad y leyes de protección de datos. Los Mossos d'Esquadra tampoco le ofrecieron una solución. "Me dijeron que el día que me enviasen droga que los llamase, que si no, no podían hacer nada", explicó Toni a Rac 1. A día de hoy, este matrimonio no sabe quién les sigue enviando cosas a casa. Lo último que llegó fue "una especie de petate para ir a la mili".
Desde que comenzó esta cabalgata de Reyes Magos no deseada, los paquetes se han ido apilando en casa de los Trueba Vilaseca, que ven con asombro cómo el flujo de cajas sigue creciendo en su casa. No existe ningún delito que recoja este supuesto en el Código Penal, siempre que los paquetes que reciben no contengan ningún elemento ilegal, como drogas o armas. Sin embargo, ya son muchos meses y la situación parece no tener fin.
Si dos paquetes no deseados al mes pueden tocar la moral, no queremos imaginar lo que pueden suponer 14 pizzas. Hace una semana te contábamos el caso de Jean Van Landeghem, vecino belga que había desarrollado paranoia y fobias después de que un bromista pesado le hubiese enviado pizzas todos los meses sin que las hubiese pedido. "No consigo recuperar la serenidad. Pasa una motocicleta o un coche se detiene frente a mi casa y empiezo a temblar. Todavía a día de hoy", contó Van Landeghem al diario belga 7sur7
El caso de Jean Van Landeghem trascendió fronteras, los medios se hicieron eco y el acosador dejó de mandarle comida a domicilio, después de que la noticia diese la vuelta al mundo y llegase a Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.