Para muchos padres no hay momento más feliz en la vida que cuando uno de sus hijos les da un nieto, sobre todo cuando es el primero, que hace más ilusión. Ese instante suele llegar en un punto de la vida en el que tienen más tiempo libre porque probablemente ya se han jubilado o están cerca de hacerlo y tienen la oportunidad de disfrutar de sus nietos de una forma plena. No obstante, hay hijos que no tienen instinto paternal o maternal y no tienen descendencia, qué se le va a hacer. Esto último la mayoría de los padres lo aceptaría y ya, pero no es lo que ha hecho un matrimonio de la India.
Sanjev y Sadhana Prasad, de 61 y 57 años, han demandado a su hijo precisamente por eso, por no haberles hecho abuelos después de que se casase hace seis años, lo que consideran una traición hacia ellos. Aunque parezca una comedia tronchante, lo cierto es que le piden una indemnización de 650.000 dólares si en el plazo de un año no les da un nieto. A su vez, alegan que a lo largo de su vida le han costeado sus estudios o una boda por todo lo alto.
El abogado del matrimonio ha explicado que quieren que su hijo les devuelva el dinero que se han gastado en él a lo largo de su vida más una cantidad en concepto de daños y perjuicios, a no ser, como decíamos, que en un año tengan ese hijo tan deseado por sus padres. En ese caso, retirarían la denuncia.
"Llegamos a pedir un préstamo de dos millones de rupias para su educación, pero a pesar de todos nuestros esfuerzos mi hijo y su mujer nos han causado una tortura mental al no darnos un nieto. La sociedad también nos cuestiona y nos causa más dolor. Ellos se casaron en 2016 con la esperanza de tener nietos. Si tuviéramos uno con quien pasar el tiempo nuestro dolor sería llevadero", dijeron a medios locales.
"El sueño de todo padre es convertirse en abuelo y ellos llevan años esperándolo. Han intentado convencer al hijo y a su mujer, pero no han hecho caso a sus peticiones y ahora tienen el corazón roto porque creen que morirán sin tener un nieto", ha señalado el abogado del matrimonio que ha puesto entre las cuerdas a su hijo, que ahora tendrá que valorar si enfrentarse a la denuncia de sus progenitores o complacerlos y tener un hijo.