Montar en bicicleta es una de las mejores formas de disfrutar de la naturaleza los fines de semana, al mismo tiempo que practicamos una actividad deportiva que aporta grandes beneficios para nuestra salud. En España utilizamos este vehículo 11 millones de personas, y su uso diario y semanal ha crecido un 40 por ciento desde 2019. El sector de la bicicleta está en auge y cada vez más gente se decanta por adquirir una nueva o de segunda mano.
Sin embargo, la elección de cuál comprar puede convertirse también en un auténtico quebradero de cabeza. Es muy fácil tomar una decisión equivocada y cometer un error del que nos arrepentiremos a los pocos meses. No olvidemos que la adquisición de una bicicleta es una inversión importante, por lo que es conveniente acertar con lo que necesitamos. Repasamos los errores más comunes a la hora de elegir montura, aquellos que se repiten una y otra vez a lo largo de los años, y así poder prevenirlos.
Es el error más frecuente a la hora de comprar una bicicleta. Mucha gente ignora que más importante que el precio, el diseño o los componentes es tener claro la talla que se necesita. Una mala elección en este sentido puede significar llevar una postura demasiado forzada sobre la máquina que terminan pagando las articulaciones, pero otras veces el mal es más sutil y solo aparece a largo plazo, en forma de dolores durante el pedaleo o tras una jornada muy intensa.
No todas las marcas dan la misma talla, por lo que la recomendación de cada una de ellas no hay que tomarla como un valor absoluto. Para averiguar tu talla correcta debes guiarte por la longitud de las piernas y no por la altura del cuerpo, pero lo ideal sería que te sometieras a un estudio biomecánico. Mucho cuidado con los vendedores que con tal de colocar un producto que tiene en stock puedan aconsejarte una talla de bicicleta equivocada.
Parece de sentido común, pero mucha gente falla a la hora de elegir su bicicleta porque en vez de guiarse por el uso real que se va a hacer de ella se deja llevar por su estética, o simplemente para 'fardar'. Hay gente que se decanta por una mountain bike para desplazarse por asfalto y también los hay que escogen bicicletas aero con cuadros muy agresivos para ir por carretera. Ten claro el tipo de rutas que vas a realizar y la superficie mayoritaria en la que vas a correr. De lo contrario, cada salida en bici se convertirá en una experiencia poco gratificante.
Este es un error más comprensible, pero también evitable si se toma la decisión pensando en el largo plazo. Es frecuente que un ciclista con poca experiencia se decante por una bicicleta de un rango económico muy asequible, y que cuando lleve un tiempo entrenando sienta que tiene una bici por debajo de sus posibilidades.
Lo más gratificante cuando se monta en bici es ir comprobando cómo la forma física aumenta con los entrenamientos, por eso es importante que la necesidad de cambiar a una bici con menos peso o con componentes mejores tarde lo máximo posible en llegar. Pero también puede ocurrir que alguien se compre el modelo más caro del mercado solo para dar unas vueltas por su urbanización. Intenta adaptar la compra de tu máquina a la intensidad que vas a realizar a corto y a largo plazo. Ráscate el bolsillo, pero con cabeza.
Hay quien decide comprarse una bicicleta sencillamente por un arrebato puntual, o porque ha disfrutado de una experiencia concreta y aislada. Se compran la bicicleta de forma impulsiva, puede que incluso un modelo realmente caro, pero su interés se disipa tan rápidamente como llegó, o descubren que montar en bicicleta es más sacrificado de lo que pensaban. El vehículo termina en un trastero cogiendo polvo. Comprar una bicicleta no es lo mismo que comprarse unos calzoncillos. No deberías hacerte con una porque sí y sin ningún tipo de criterio.