La bicicleta como elemento que conecta a padres e hijos en un ciclo vital que se repite, con todas sus alegrías y sus tristezas. Ese es el hilo conductor de la campaña de Navidad de Decathlon, que firma la agencia Ogilvy y que consigue emocionar contando simplemente la historia de una vida, que podría ser la de cualquiera de nosotros.
La Navidad de 1992 marca el arranque del anuncio. Una niña de 5 años abre uno de sus regalos, que resulta ser una bicicleta. Desde el momento en el que su padre le enseña a montar en ella, le acompañará en todos los instantes y circunstancias importantes que pasan en su vida. La niña crece y se hace mayor, la bicicleta cambia pero la pasión por el deporte permanece con ella para siempre.
“La idea que teníamos era contar la historia de la vida de alguien a través de un elemento que fuera uniendo generaciones. Ese elemento es la bicicleta”, nos cuenta a Uppers Jesús Rasines, director creativo ejecutivo de Ogilvy. “La vida son ciclos: empieza, sigue, acaba, vuelve a empezar y pasa de generación en generación, eso es lo que nos interesaba contar”, añade.
¿Ha unido la bicicleta a todas las generaciones españolas de los últimos 50 años?, le preguntamos a Rasines. "No lo habíamos pensado pero me parece precioso. Es verdad, la bicicleta no solo ha unido a generaciones, sino que es de las pocas cosas que conecta a viejos y a jóvenes, porque la bicicleta es a la vez algo muy antiguo y muy moderno. La gente mayor de los pueblos se mueve en bicicletas humildes y por otro lado lo más cool es ir a trabajar en bicicleta Tiene esa sencillez absolutamente maravillosa".
Seguir una línea temporal a través de los años contribuye a establecer una conexión especial con la audiencia. "Emociona mucho ver la vida al completo a distancia. Emocionan no solo las cosas más tristes sino también las alegres. Cuando ves la vida entera te das cuenta de lo efímera que es, de lo rápido que pasa", explica el creativo de Ogilvy.
Una de las claves de que la pieza emocione como lo hace es la música. Esta historia de vida está acompañado por la canción italiana 'Il mondo', original de Jimmy Fontana, en una versión de la artista canaria Valeria Castro. "Teníamos muy claro que queríamos utilizar esa canción, pero teníamos que hacerla de una manera especial. Escogimos a Valeria, que es una cantautora de 23 años increíble, y le dijimos 'Toma, versiona esto y rómpenos el corazón'. Y nos lo rompió”, nos cuenta Rasines.
Cuando le preguntamos qué ha sido lo más difícil a la hora de rodar el anuncio nos responde que es muy importante "contar bien el paso del tiempo, porque tienes distintas actrices y tienes que utilizar distintas técnicas para que quede bien claro todo". "Dosificar bien es muy importante. Queríamos hacer un retrato que se pareciera a la vida real. No solo enseñar las cosas más luminosas y alegres, también las más tristes. La vida sigue y vuelve a darte alegrías, tiene momentos buenos, no tan buenos y los buenos otra vez".
Y al hilo de ese continuo cíclico, Rasines nos cuenta una historia personal que sirvió para mostrar bien esa mezcla que es la vida, en la que los momentos complicados se suceden de otros llenos de luz. "Cuando le conté a mi hermana que iba a tener un hijo, mi madre había muerto solo hacía un año y medio. Ella solo pudo echarse a llorar, porque te emocionan mucho las alegrías después de las penas. Los malos momentos se superan y tienes que seguir pedaleando y girando. Lo más difícil es darle ese punto justo de verdad, pero haciendo que la película camine hacia el optimismo, que es lo que necesitamos".