La edad de oro de la bicicleta: deporte, turismo y movilidad urbana a golpe de pedal

La bicicleta vuelve a estar de moda. En los últimos años, sobre todo desde la pandemia, el ciclismo se ha convertido en una de las actividades más populares en España, no solo como medio de transporte clave en las ciudades modernas, o como actividad deportiva al aire libre, sino como epicentro de un nuevo estilo de vida saludable que trasciende el ocio activo, el turismo y la movilidad.

"Las bicicletas se han convertido en objetos imprescindibles en muchos hogares españoles, puesto que familias enteras las usan habitualmente tanto para el ocio como por necesidad. Es incluso un fenómeno cultural que hace años que ha arraigado en nuestro imaginario", afirma José Óscar Plaza, periodista, profesor colaborador del grado de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) 

Más de la mitad de los españoles de entre 14 y 70 años utiliza la bicicleta con cierta frecuencia cada semana, la cifra más alta nunca registrada, según el Barómetro de la Bicicleta de 2022. Son 20 millones de personas, y, de estas, un 30% la usa cada día para ir a estudiar o a trabajar. Eso son más de seis millones. 

Ciudades preparadas para las dos ruedas

En esa cifra ha tenido que ver el desafío climático, que ha provocado que muchas ciudades hayan puesto la bicicleta en el centro de sus planes de movilidad urbana. En nuestro país, Vitoria está considerada la ciudad mejor preparada para moverse sobre dos ruedas, según un estudio de la OCU, por delante de Sevilla, Valencia y Barcelona. La capital catalana supera los 1.150 kilómetros de carriles bici, situándose como la ciudad española que más kilogramos de CO₂ ha ahorrado a la atmósfera, un total de 1,3 millones en 2023.

Además, la mayoría de las grandes ciudades europeas cuentan ya con un sistema de alquiler de bicicletas, público o privado, opción que permite utilizar este medio de transporte sin tener que comprarse una, mantenerla y custodiarla, lo que ha ayudado a extender su uso en todas partes. Precisamente la posibilidad de alquiler es la base del fenómeno del cicloturismo, que consiste en visitar lugares turísticos encima de una bici. 

Cicloturismo para reavivar el territorio

Según datos de la Federación Europea de Ciclistas (ECF), el cicloturismo genera cada año ingresos superiores a los 44.000 millones de euros en todo el continente. "Tener la oportunidad de visitar parajes naturales a golpe de pedal es un plan de ocio activo difícil de igualar con otras propuestas", dice Plaza. "La bicicleta ofrece una gran libertad de movimiento para recorrer cualquier lugar, elimina el habitual quebradero de cabeza que supone moverse en el transporte público de ciertos cascos urbanos, se puede aparcar con seguridad –y un buen candado– en casi cualquier lugar", concluye el experto.

Spinning, rutas de gravel y motores eléctricos

Pero el auge de la bici no se explica solo por su uso para moverse por la ciudad o hacer turismo. El ciclismo a menudo se había visto como una actividad muy exigente físicamente y reservada a unos pocos, pero el auge de su uso en las ciudades y su enorme éxito en los gimnasios, donde el spinning causa furor, ha generado adeptos a este deporte en su forma aficionada.

Cada vez son más quienes se aventuran a hacer rutas, lo que ha popularizado nuevas modalidades ciclistas como el gravel, que permite combinar pistas de carretera y de montaña. A eso hay que sumarle el ascenso de las ventas de las bicicletas asistidas con motores eléctricos, que ayudan a que la la gente mayor o los que se encuentran en un peor estado de forma puedan seguir disfrutando cada fin de semana de su deporte favorito.

De hecho, la combinación de moda de las bicicletas de gravel y la irrupción de las bicicletas eléctricas ha propiciado que, por primera vez, el precio medio de una bicicleta vendida en España superara los mil euros (1.121, concretamente) en 2022, como recoge la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).

En 2023 se fabricaron más de 300.000 bicicletas en España, una cifra que duplica la de 2019, poco antes del estallido de la pandemia. La facturación, por encima de los 245 millones de euros, fue un 32% superior a la de la prepandemia gracias a la fuerza comercial de las bicicletas eléctricas. Lo que las cifras dejan claro es que el futuro de la bicicleta va sobre ruedas.