El verano es la época del año en la que se producen más desplazamientos por carretera, pero también la que concentra el mayor número de accidentes. De acuerdo a los datos de la DGT (Dirección General de Tráfico), en los meses de julio y agosto del año pasado se produjeron en nuestro país un total de 90,8 millones de desplazamientos por carretera, un 9% más que en el mismo periodo de 2020, y perdieron la vida 191 personas, una cifra que, pese a reducir los registros de 2020 y 2019, cuando fallecieron más de 200 personas, sigue siendo una tragedia, ya que implica, según señaló el ministro de Interior Grande-Marlaska, que “cada día tres ciudadanos han perdido la vida en nuestras carreteras”.
Las previsiones de la DGT para este verano, el primero sin pandemia, señalan que este mismo año se producirán alrededor de 93 millones de desplazamientos de largo recorrido por nuestras carreteras en los meses de julio y agosto. Para reducir la siniestralidad durante estas fechas y aumentar la seguridad en nuestras carreteras, desde el organismo han anunciado que a partir de este mes de julio será obligatorio que todos los vehículos homologados lleven instalado el Asistente de Velocidad Inteligente (ISA, según sus siglas en inglés), un dispositivo ideado para que los conductores respeten los límites de velocidad de las carreteras.
Este dispositivo será obligatorio en todos los vehículos nuevos que se homologuen a partir de este mes de julio y en todos aquellos que se vendan a partir de 2024. Con él, desde la DGT esperan reducir los accidentes de tráfico provocados por exceso de velocidad, una de las principales causas de mortalidad de nuestras carreteras. En concreto, desde la DGT calculan que el sistema podría evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves, al tiempo que reduce las multas por exceso de velocidad.
El Asistente de Velocidad Inteligente (ISA) es uno de los ocho Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción (ADAS, según sus siglas en inglés) que serán obligatorios para todos los nuevos vehículos que se fabriquen en el mercado europeo a partir de este mes de julio y que se engloban dentro del programa ‘Visión Cero’, un proyecto con el que la Unión Europea espera reducir la siniestralidad en las carreteras comunitarias a cero de cara a 2050. Además, con este proyecto, que se irá ampliando con nuevos dispositivos en los próximos años, también se pretende mejorar la calidad del aire de las ciudades y ayudar en la lucha contra el cambio climático.
El ISA es un dispositivo que sirve para limitar de forma automática la velocidad de un vehículo. Esta herramienta, que cuenta con una cámara interior que se coloca en el espejo retrovisor y que puede leer las señales de velocidad mientras el conductor circula, conecta el Control de Crucero Adaptativo (ACC) con el sistema de Reconocimiento de Señales por medio de un software para controlar la posición del vehículo en la vía en relación con el límite de velocidad de cada tramo.
En caso de que el conductor supere el límite máximo establecido, el sistema le informará de forma gráfica, con una señal óptica, audible y/o háptica. Si no reacciona, el propio dispositivo reducirá la velocidad a la que circula de manera automática. De este modo, impide en todo momento que el conductor exceda los límites de velocidad.