La DGT avisa: cinco factores que harán que aumenten tus posibilidades de dar positivo en un control de alcoholemia
Hay muchos elementos que condicionan la absorción del alcohol en cada persona
Al volante, lo mejor es no beber. Si lo haces, atención a estas pautas
Tener más años o experiencia con el alcohol no te libra de dar positivo en un control
La mejor y la única forma conocida que funciona cien por cien para no dar positivo en un control de alcoholemia es no haber bebido una sola gota de alcohol. Así de fácil. Aunque haya una mínima tasa permitida, si vas a coger el coche, la moto, la furgo, o lo que sea, mejor que no bebas ninguna bebida alcohólica. Por tu bien y por el de los demás.
Si a pesar de nuestras recomendaciones y las de todos los estamentos relacionados, decides tomarte un vino, una cerveza, una copa, y luego vas a circular con tu vehículo, mal hecho, deberías saber que un vermouth, por ejemplo, tiene efectos distintos en cada ser humano, en unos apenas afecta y la tasa de alcohol en sangre apenas varía, y en otras personas parecerá que se han puesto hasta arriba de cubatas bien cargados.
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Dar positivo por alcohol en un control de alcoholemia es algo lógico si te has tomado 8 cervezas, 6 copas de vino o 4 gin tonic. Pero con la misma cantidad ingerida, habrá quien tenga una tasa de alcohol en sangre de 3,2 y otro que apenas llegue al uno. Vamos a intentar concretar un poco algo que es bastante difícil de hacer, y es los factores que influyen para que demos positivo en un control de alcoholemia si hemos bebido algo.
Insistimos: mejor no probar el alcohol antes de conducir
Si a pesar de todo sigues tomando un vino en la comida o en el aperitivo no perdonas la cerveza, o ese orujito después del almuerzo para volver al trabajo… más vale que tengas en cuenta estas indicaciones. La diferencia no será mucha, pero tendrás un mínimo más de margen para evitar la multa… o el accidente.
Beber con el estómago vacío
Una de las peores cosas que puedes hacer. En el estómago se mezcla el alcohol con la ingesta sólida y los jugos gástricos, perdiendo un poco de fuelle la carga alcohólica. Si te has tomado un vodka en ayunas va directo a la sangre, de manera más rápida y sin tamices. De lo peor.
Mezclar alcohol y medicamentos
La combinación equivocada puede causar una auténtica bomba en nuestro organismo. Aun peor que beber con el estómago vacío, nos puede dejar KO con el coche en marcha. Si el medicamento en cuestión es un tranquilizante, un antidepresivo o algo narcotizante puede ser igual de terrible que si es un potente estimulante. Y no hablemos ya si es con alguna droga del tipo que sea. Ni se te ocurra.
Beber rápido
Si entra alcohol al estómago de golpe, en gran cantidad, el proceso de absorción y asimilación se pone en marcha de inmediato, las células se ponen a trabajar a toda velocidad y el cambio en el organismo puede venir de golpe. Mejor de a pocos e intercalando otras bebidas no alcohólicas, aunque lo mejor es no ingerir nada de alcohol.
El momento del día influye en la absorción del alcohol por tu organismo
Tiene mucho que ver con beber durante las comidas y si éstas son copiosas o no. Un Whisky de buena mañana sin tener un miserable café en el cuerpo es un seguro para dar positivo. Después de una comida abundante pues igual no llega al mínimo requerido para la multa. Pero claro, ojo porque puede generar que el cuerpo se aletargue, pierdas reflejos y en carretera, sea peor el remedio que la enfermedad.
Tipo de bebida
Unas tienen un nivel de penetración más rápido que otras. Por norma general, las destiladas, que también tienen mayor graduación, afectan más y más rápido que las fermentadas, tipo cerveza o vino. Si además, mezclamos las destiladas con refrescos o bebidas gaseosas, se aumenta en una pequeña medida añadida el efecto.
Además de todo lo mencionado, hay otros elementos que influyen en mayor o menor medida a la hora de aumentar el alcohol en sangre tras consumir algo de alcohol. Fatiga, estrés, el sexo, el peso, necesidad de sueño, ansiedad, la edad… todo puede influir, en alguna medida, e insistimos, no nos cansamos, que lo mejor para evitar dar positivo en un control de alcoholemia es no probar ni una sola gota de alcohol, por muy “entrenado” que estés y pienses que a ti, el alcohol, ya no te afecta como antes o como a un joven “que no sabe beber”.