Vamos a abrir aquí un jugoso melón sobre dos ruedas. A la pregunta de qué moto es mejor para viajar, o simplemente hacer unas curvas con tu pareja, las suficientes para tomarte algo en un sitio chulo, darte el capricho de comer en un restaurante top, y volver con toda la calma del mundo, la respuesta suele ser el nombre que corresponde a una moto grande, pesada, voluminosa, muy potente y muy capaz… y también bastante cara.
Vamos a romper aquí una lanza, o dos, las que hagan falta, por motos de peso medio, que seguramente pocos pensarían en que sean las más idóneas para hacerte unos kilometrillos el fin de semana y disfrutar de la vida con todas las de la ley. He probado todas las que aquí menciono y doy fe de que no hace falta irse a las seis cilindros de BMW, a las pesadísimas Harley Davidson o la rutera Honda Goldwing, para hacer pequeños y no tan pequeños, viajes con comodidad y disfrute. Nuestro bolsillo lo va a agradecer y os aseguro que se puede viajar muy lejos con tooooooooodas las motos que vas a ver a continuación.
Por supuesto, quedan fuera de esta selección las exigentes deportivas, las incómodas naked y las custom de todo tipo, que tan poco favor hacen a piloto y compañía en cuanto a protección. También entendemos que un mínimo de cilindrada y potencia es necesario para cubrir kilómetros sin preocupaciones, de ahí que alguna más pequeña y quizá capaz de equiparar a las aquí elegidas, también quedan fuera.
Sí, un scooter. Y foto con mono de cuero en circuito ¿Qué pasa? Si te echas las manos a la cabeza de primeras, mal vamos. ¿La has probado? Yo sí. En circuito, en pareja, en ruta, en carreteras de curvas, en autovía… una pasada lo cómoda que es, lo que protege, lo que corre, y lo bien que va a ir tu pareja detrás. Es cierto que no tiene marchas, que para muchos puede parecer un sacrilegio, pero esto implica aún más comodidad a los mandos. En parado no es tan mamotreto como parece, su precio está muy aquilatado y su autonomía sorprende para bien. Es cierto que aquí podrían estar Yamaha T-Max, BMW C650GT, Honda X-ADV, Suzuki Burgman 650… pero quizá la más equilibrada sea la Kymco, al menos, así lo pensamos nosotros. Sus 53 caballos de potencia y los 10.249 euros que cuesta son una inversión espectacular para disfrutar de las dos ruedas en pareja.
¿Qué os voy a decir de la moto que conduzco a diario desde hace 16 años? El equilibrio sobre dos ruedas. Los países vecinos al nuestro conocen mi moto, y en bastantes ocasiones esos viajes han sido en pareja. Es cierto que con un baúl la capacidad de carga es mucho más coherente, pero el precio de adquisición, su polivalencia para el día a día y para cualquier escenario, su potencia contenida, su bicilíndrico de amplio rango de uso y su consumo, poco más de 5 litros a los 100 km, le hacen ser perfecta para casi cualquier cosa que te propongas. La instrumentación de la mía, de 2006, ha mejorado con el tiempo, y la actual Suzuki V-Strom 650 tiene hasta control de tracción, sin sacrificar el peso ni un chasis que te facilita la vida.
Mi sueño durante muchos años. Mucho más potente y con una posición bastante más deportiva, con unas maletas a los lados sería la configuración definitiva para no quitarse el casco ni los días de descanso. Es la más cara de las cinco, 16.500 euros, pero es que tiene 142 CV encerrados en una montura de sólo 235 kilos, con lo que la agilidad está más que asegurada. Si no has perdido el toque ni el gusto deportivo, sin duda, esta será tu elección, al menos, será la mía durante los próximos años, mientras el físico me lo permita, pues es algo más exigente que las demás. Para mí es la reina de las sport-tourer, y la última tecnología que incorpora hace que su conducción sea mucho más fácil. A seguir ahorrando.
Si los ahorros no crecen y tengo que cambiar mi V-Strom y me aventuro a cambiar de marca, esta Yamaha es la que más opciones tiene, sobre todo porque no tienes que romper tu hucha, ni la de tus hijos, ni el cerdito de tus nietos. Cuesta poco más de 9.000 euros, nos ponemos en 10.000 si elegimos la GT, con unos retoques ruteros ideales para viajar que, al final, agradeceremos, y a cambio nos llevamos una cómoda y dinámica moto ideal para el día a día y para las escapadas de fin de semana, sin renunciar a viajes más largos con maletas y baúl, incluso sobredepósito. Quizá sus 72 CV, muy parecidos a la V-Strom, sean más de lo mismo y molaría tener algo más de caballería en el puño derecho, pero da de sobra para cualquier aventura.
Sí, amigos. Una moto de tres ruedas. No es definitivo, pero si de entrada te digo que se puede conducir con carnet de coche, la cosa empieza a ser más interesante. Podría estar aquí cualquier Piaggio MP3, pero son más pesadas y caras, por lo general, que esta francesa que cuenta con uno de los propulsores más interesantes de la categoría. En el minuto 1 te habrás acostumbrado a su tren delantero, su giro, su inclinación, su bloqueo… no tienes por qué echar pie a tierra en los semáforos y el asiento trasero es de los más confortables, sino el que más, que recuerdo, amén de contar con una cúpula y un carenado que protegen de manera sobresaliente. Los casi 36 caballos de potencia son más que suficientes, aunque los más de 270 kilos son un pequeño hándicap. Hay varias versiones, empieza en poco más de 8.000 euros, aunque la GT, la más equipada para viajar, supera por poco los 10.000 euros.
Algunos pensarán que cometemos sacrilegio no metiendo a las exitosas BMW: GS 1250 R, o la GT, o las nuevas y pesadas R18, las más deportivas XR… tampoco las más aventureras de KTM, Triumph, Aplrilia o las Multistrada de Ducati… o las muchas ruteras de altos vuelos y grandes comodidades, también caras como un coche premium, que hay en el mercado.
También los malpensados dirán que tenemos algo contra Honda, que cuenta con un extenso catálogo, muchas candidatas a entrar en nuestra selección y, por unas causas o por otras, al final, han terminado de caerse de la lista tras dura pugna, eso sí.
Sin embargo, la relación entre calidad, precio, peso, potencia, protección, disfrute y comodidad han sido claves para elaborar nuestro quinteto ganador… aunque nada nos impedirá disfrutar de la ruta, de las curvas y de la compañía con otra montura diferente a las aquí elegidas. Aunque no se estile mucho ya… ¡Uves!