Euro 7: la norma más polémica que afectará a los coches en 2025
Muchos fabricantes amenazan con el cierre si deben cumplir los objetivos que marca
La Unión Europea aprieta para fabricar coches más limpios y menos contaminantes
Las patronales del sector alertan de la pérdida masiva de puestos de trabajo que acarreará
La cortina de humo de la prohibición de vender coches con motores de combustión en 2035 está haciendo que apenas se hable de una realidad más cercana, y es la Euro7 que planea sobre nuestras cabezas y las cabezas de los fabricantes de coches para dentro de dos años.
La Euro 7 es una nueva regulación, una nueva normativa de la Unión Europea (EU) para reducir las emisiones de los vehículos ligeros, buscando reducir, aún más, la cantidad de gases nocivos que se emiten a la atmósfera por parte de estos motores de combustión.
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La normativa es una propuesta aprobada por la UE cuyo objetivo es reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM) en la movilidad urbana. La normativa Euro 7 establecerá límites más estrictos para las emisiones de gases contaminantes, así como pruebas más rigurosas y precisas para medir las emisiones en condiciones reales de conducción.
Medidas para frenar la creciente contaminación en las grandes ciudades
Está claro que frenar y atajar la contaminación es una de las claves para mejorar la calidad de vida en todo el planeta, pero que en Europa nos pongamos tan restrictivos con esta historia, y un gigante como China, que duplica nuestra población y multiplica por un montón la contaminación que emite a la atmósfera, no tome ninguna medida, clama al cielo, y esa es una de las excusas que esgrime el sector para suavizar unas reglas del juego que, sin duda, afectará a los fabricantes, y no para bien, precisamente, todo lo contrario.
Los coches se han convertido en una parte cada vez más importante de la vida urbana, se ha hecho evidente que sus emisiones son una fuente importante de contaminación del aire. La normativa Euro 7 busca reducir la cantidad de gases contaminantes que se emiten a la atmósfera y, por lo tanto, mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas. Todo correcto, pero … ¿por qué no meter mano a la aviación, mucho más contaminante? ¿Y a los grandes cargueros y petroleros, que sólo unos pocos de ellos emiten tanto o más que todos los coches del mundo? MIsterior sin resolver…
Las claves de la nueva normativa Euro 7, resumiendo al máximo, son: Límites más estrictos para las emisiones de CO2, NOx y PM; pruebas más rigurosas y precisas para medir las emisiones en condiciones reales de conducción; controles más estrictos para la verificación y el cumplimiento de los requisitos de emisiones y el fomento de la innovación en tecnologías de propulsión más limpias y eficientes.
Muchas quejas por parte de todos los sectores de la automoción
La situación que se va a crear a partir del 1 de julio de 2025 es realmente atroz para los fabricantes (la normativa entrará en vigor para los camiones en 2027). Los primeros, pero ni mucho menos los únicos, en levantar la voz, ha sido la Asociación Europea de Fabricantes de Vehículos (ACEA), que aseguran que la medida va a “ralentizar” la transición hacia la movilidad cero emisiones. Faconauto está en la misma línea, pero quizá los presidentes de las diferentes marcas de fabricantes, han sido los más apocalípticos, augurando cierres, despidos masivos o pérdida de competitividad y calidad.
A su vez, la Comisión Europea asegura que la nueva normativa busca reducir contaminación y mejorar la calidad del aire y la sostenibilidad del planeta. El organismo europeo anuncia una reducción estimada de un 35% de las emisiones de óxido de nitrógeno. Euro 7 es más exigente que la Euro 6, bajando las emisiones de nitrógeno de 80 mg/km a sólo 60, mientras que las partículas finas se mantendrán en 4,5 mg/km.
Las distintas patronales aseguran que la inversión para que los coches fabricados cumplan la nueva normativa va a incrementar el precio de los coches hasta en 2.500 euros por unidad. La Euro 7 es mucho más restrictiva con los diesel que con los motores gasolina, ya que para los vehículos que se mueven por gasoil, la normativa dice que deberán reducir a la mitad sus emisiones de óxido de nitrógeno con respecto a la Euro 6. Por su parte, los propulsores a base de gasolina, también sufrirán ajustes en sus motores, debiendo reducir sus emisiones en un 40%.
Los grandes se quejan de injusticia y falta de sentido común
La reacción de los mandamases de las marcas de coches ha sido rápida y catastrófica, aunque con algo de razón. Por ejemplo, Wayne Griffiths, CEO de Seat y Cupra, asegura que “si se acaba aplicando esta nueva normativa, significaría dejar de construir coches para siempre”.
Luca de Meo, director ejecutivo del Grupo Renault, asegura que la entrada en vigor de esta normativa será “contraproducente, porque no la necesitamos. Nuestros competidores chinos no se deben ajustar a estos parámetros y sin sentido común vamos a ahogar nuestra economía y a los fabricantes europeos, asegura.
La realidad es que cada vez se venden menos coches, hay menos poder adquisitivo, los precios siguen subiendo y el no saber si lo que vas a comprar va a poder servirte a todos los niveles, sin restricciones de zonas, es un auténtico quebradero de cabeza para los compradores. Además, también repercute en las altas esferas, pues los fabricantes son bastante reacios a hacer grandes inversiones antes de saber si hay movimientos o rectificaciones de última hora.