Es de todos conocido que los combustibles fósiles están en la picota por su alta contaminación al medio ambiente. Con Europa encarrilada a la supresión, más pronto que tarde, de este tipo de combustibles, y una vez que parece que la electricidad no es la panacea que nos quieren vender ni siquiera en coches, cuanto menos en motos, con menos espacio para albergar las baterías, el hidrógeno vuelve a la palestra como una de las soluciones más eficientes y limpias para paliar el problema.
Mientras que sobre cuatro ruedas ya hay coches reales que funcionan con hidrógeno, con Toyota y Hyundai a la cabeza de esta carrera tecnológica, sobre dos ruedas las cosas están aún menos trabajadas, y son muchas las marcas que quieren apuntarse el primer tanto. De hecho, gigantes japoneses como Suzuki o Kawasaki ya han anunciado que sus proyectos están cerca de ver la luz, pero ha sido Segway, la marca célebre por su vehículo unipersonal giroscópico eléctrico, la que ya ha puesto a la venta la primera moto que funciona con hidrógeno, la Apex H2.
Segway, ahora asociada a la startup china Ninebot, lanzó en 2001 el célebre segway, que parecía que iba a ser el cambio definitivo en el transporte y la movilidad unipersonal, y parece que ha caído definitivamente en el olvido. Ahora, tras unos años en los que Segway-Ninbeot ha lanzado al mercado quads, karts eléctricos, scooters, etcétera, vuelve a sorprender con la primera moto de hidrógeno en el mercado.
La estructura de la moto es sencilla: en vez de contar con un motor eléctrico con pesadas y voluminosas baterías para alimentarlo, su pequeño propulsor eléctrico cuenta con varias cápsulas o depósitos de hidrógeno que no van a presión, y una pila de combustible para obrar el milagro. Las celdas son reemplazables y seguras para su transporte, evitando el peligro que conlleva la manipulación del hidrógeno.
Por unos 70.000 yuanes, en torno a 9.500 euros, la Apex H2 ofrece 80 caballos de potencia, una cifra respetable, más que suficiente para alcanzar los 150 kilómetros por hora de velocidad punta. Si hablamos de aceleración, la sonrisa no desaparece de la cara pues, desde parado, se pone a 100 km/h en tan sólo 4 segundos.
Su principal gancho, amén de la tecnología, es un diseño más que futurista, que aúna ligereza y un aire de video juego que le hacen realmente atractiva. De hecho, su inspiración en la célebre película de ciencia-ficción Tron es innegable.
Pero la clave de todo es la autonomía de este tipo de vehículos y, al parecer, se puede recorrer un kilómetro con cada gramo de hidrógeno que albergue en su depósito. Por supuesto, ya se aceptan reservas y se prevé que las entregas comiencen antes de que acabe este 2023. Según la firma, con un pequeño depósito de 250 gramos de hidrógeno se pueden recorrer 250 kilómetros.
Su equipamiento e instrumentación, por cierto, parece que estará a la última, con pantalla TFT, suspensión monobrazo delantero y trasero, full led y un diseño futurista que no dejará indiferente a nadie. Si finalmente funciona este sistema y acaba por implantarse será, a buen seguro, una pequeña gran revolución para el mundo de las dos ruedas.