De vez en cuando se ven en alguna película de época. Los Uppers más nostálgicos siempre han, o hemos, querido tener una, o al menos conducirla una vez. Sin embargo, en ese sentido, son como un quad, es decir, aunque sepas conducir una moto, necesitas de tiempo y adaptación para ponerte a los mandos de un sidecar y disfrutar conduciéndolo. El añadido a la moto, con una rueda propia, cambia la geometría del vehículo hasta hacerle más que peculiar en su manejo, sobre todo, en aceleraciones, frenadas y curvas, donde es necesario acostumbrarte.
Decimos que solemos ver los sidecar en alguna película de época porque, en la calle, en la realidad, apenas se ven. Las dos primeras que se nos vienen a la cabeza son la de Sean Connery en la tercera entrega de Indiana Jones y, tirando de cine patrio, la mítica Amanece que no es poco, paradigma de un cine arriesgado y burlesco, de la mano de José Luis Cuerda. También en las pelis de la Segunda Guerra Mundial las tropas alemanas solían patrullar y desplazarse en unos vehículos que, en pequeña medida, han llegado a nuestros días.
En teoría, se pueden conducir con carnet de moto si tienes más de 21 años, todos los ocupantes deben tener su correspondiente casco homologado y los menores de 12 años no pueden viajar en ellos salvo que el conductor sea su padre o tutor legal, en cuyo caso sólo se necesita que sean mayores de 7 años. Por cierto, cada vez son más las agencias que las ofrecen para hacer fotos de boda diferentes a las habituales.
Pero dejémonos de tonterías. Ya, está, lo hemos decidido: queremos un sidecar nuevo. Tenemos unos ahorrillos y queremos disfrutar de la vida con nuestra pareja, que nunca había querido montar en moto por la inseguridad que le daba. Pues bien, tenemos un problemilla, y aunque es cierto que podemos acoplar cualquier sidecar a nuestra moto, el coste es tan elevado y la homologación tan laboriosa que, de inmediato, buscaremos la compra de uno nuevo. Pero claro… apenas hay marcas de moto que vendan sidecars y en España sólo hay una empresa especializada y homologada para “sidecarizar” nuestra moto, y se encuentra en la provincia de Barcelona: “Angie and Deme Dreams SCP”.
La marca francesa Mash lleva poco más de una década en nuestro país. Fabrica sus modelos en China por aquello de los costes, que quede claro, pero el estilo retro que gasta en sus diseños cuadra perfectamente con los side. Y en su catálogo vemos un modelo, la Mash Side Force, que puede ser, perfectamente, lo que estábamos buscando. Sólo está disponible en un color, verde militar, y cuenta con un motor monocilíndrico que no pasa de 450 centímetros cúbicos, lo que puede ser algo escaso para mover tanto peso y, al menos, dos personas. Sólo cuenta con 30 CV de potencia y su PVP es de 11.499 euros.
La que siempre tiene un sidecar en su catálogo es la marca Ural, además, son réplicas perfectas de las motos alemanas que invadieron suelo ruso en los años 40. Se dice que son motos para toda la vida, que son duras como piedras y que su diseño permanece intacto desde que Stalin promoviera su fabricación para contrarrestar el poderío germano. El modelo que se vende en España es un poco más potente y caro que el francés que vimos anteriormente. Con un motor bicilíndrico de 750 centímetros cúbicos, cuenta con 42 CV de potencia y cuesta 19.570 euros.
Y de nuevo volvemos a China para encontrar un tercer modelo de sidecar en venta en nuestro país. El ChiangJiang Pekín Express también tiene origen militar y no podemos esperar detalles de comodidad ni de confort a bordo. Es la más potente de las que hemos visto hasta ahora, pues cuenta con 54 CV de potencia gracias a su motor bicilíndrico de 650 centímetros cúbicos que toma de la marca CF Motos, que también se vende en nuestro país desde hace años. El precio es de 16.450 euros.