Por unas cosas o por otras, el tema de las ITV (Inspección Técnica de Vehículos) siempre está de moda en España. Si hay un país en el que la picaresca campe a sus anchas, ese es el nuestro. Sin medias tintas. Quien más y quien menos ha intentado disimular un espejo retrovisor suelo, un intermitente que funciona a golpecitos o un testigo del cuadro de mandos que parpadea en el momento más oportuno, pero hay otros “apaños” que desbordan cualquier imaginación que podamos tener.
Antes de entrar en materia, conviene saber que el 19% de los vehículos que acudieron en el último año a pasar la ITV fueron suspendidos. Y eso por no hablar de los medio millón largos de vehículos que ni siquiera acuden al centro de inspección y permanecen en la ilegalidad. De hecho, casi el 40% de los vehículos (37%) que debían haber solicitado la ITV en el último año hicieron mutis por el foro… que no fueron, vamos.
Y es que hay gente que descuida por completo sus vehículos y luego pretende pasar la ITV con faros colgando, intermitentes arrancados o tubos de escape desprendidos, o atados a algún soporte de manera precaria con cualquier cuerda o cordel. Eso por no hablar de las humaredas de diferentes colores que salen por el tubo de escape o el lamentable estado de muchas lunas y retrovisores, rotas, quebradas o agujereadas.
Uno de los fallos más grotescos ha sido ver como un particular intentaba pasar la ITV de su coche con el testigo del airbag encendido. Ni corto ni perezoso, el dueño del coche puso un trocito de cinta aislante en el cuadro de mandos justo donde parpadeaba la luz roja, pensando que, si no se veía la luz, nadie podría decirle nada ni notarían la avería.
Otro caso flagrante y por el que aún resuenan las risas en la ITV fue el tipo que intentó pasar la ITV con más de 360.000 kilómetros en sus ruedas, por supuesto, sin dibujo y completamente deformadas.
Para hacerse una idea de la cantidad de ñapas que se pueden ver en las ITV, no hay más que calcular la inmensidad de fallos vistos en los 22 millones de coches, motos y camiones que acuden cada año, de media, a las instalaciones homologadas para pasar el examen y poder seguir circulando dentro de la legalidad.
Al igual que camiones y motos suelen tener menos intentos de trampa, coches y furgonetas son los reyes de las ñapas. Los bajos oxidados es uno de los males más extendidos en unos uy otros. Los discos de freno rotos y en mal estado también son moneda común. Lo de los cinturones de seguridad y airbags remendados de mala manera es para dar de comer a parte. Incluso se han visto huecos de airbags laterales que han saltado y no se han repuesto… ni siquiera cosiendo las costuras del lado del asiento.
El día que revisen los cuentakilómetros y lleven un control de este tema… es día se acabarán muchos timos en la compra venta de coches de segunda mano.