Con la llegada de temperaturas más altas, empezamos a encontrarnos nuevos visitantes indeseados y tareas en nuestro vehículo que no teníamos en invierno. Uno de los mejores ejemplos es la de limpiar los mosquitos del coche cuando llegamos tras un viaje largo: es bastante desagradable echar un vistazo al parabrisas o al frontal de este y ver que está repleto de estos pequeños insectos que, por otro lado, son inevitables en primavera y verano.
Y es que los mosquitos son, quizá, junto a las deposiciones de los pájaros cuando lo estacionamos bajo cualquier árbol, uno de los restos que más trabajo cuesta retirar de nuestro coche. El problema surge cuando dejas pasar mucho tiempo desde que se incrustan en tu carrocería hasta que los eliminas. Esto se debe a que la corrosión que provocan puede dañar la pintura. Por todo ello, el tiempo de reacción es clave.
No debemos olvidar tampoco el peligro que supone para la visibilidad que estos insectos se acumulen en nuestra luna delantera. O, peor aún, que al limpiar el cristal el resultado sea peor que el estado inicial por el uso indebido de productos de limpieza.
La prevención es lo primero que debemos tener en cuenta, en los momentos previos a salir de viaje, no está de más revisar el depósito de líquido limpiaparabrisas; si en el trayecto observamos que los mosquitos se están adhiriendo con mucho ‘cariño’ a nuestra luna delantera, podemos usar los limpiaparabrisas con cierta frecuencia. Así evitaremos su acumulación y, sobre todo, que se resequen y sea mucho más complicado limpiar los mosquitos del coche después.
Una vez hecho esto, es inevitable que al finalizar el trayecto (en especial si ha sido uno largo), tengamos mosquitos repartidos por el parabrisas del coche. Para retirarlos, lo más adecuado son espumas especialmente creadas con este propósito: humedecen y reblandecen los mosquitos para que después limpiarlos será pan comido.
Si no dispones de este tipo de espumas, también puedes limpiar los mosquitos del coche simplemente con agua templada -para ablandarlos- y las típicas mangueras de agua a presión de los lavaderos. Como decimos, con un tratamiento antimosquitos previamente aplicado, el proceso será muchísimo más llevadero: este tipo de aplicaciones evitan que los insectos se adhieran con facilidad al cristal y hacen más fácil su limpieza.
Tras el parabrisas, la pintura del coche es el apartado que más sufre los efectos de estos visitantes tan indeseados en primavera y verano, en especial la parte delantera y los retrovisores con los impactos frontales durante los viajes. Para retirarlos, podemos seguir unos pasos muy sencillos que nos facilitarán la tarea de retirarlos sin dañar la pintura de la carrocería: