Si eres un apasionado de la velocidad probablemente desearías tener uno de esos coches superdeportivos de alta gama, como pueden ser modelos de Ferrari, Lamborghini o Bugatti. También es posible que no te puedas permitir uno. Pero si tienes tiempo y aptitudes de 'manitas' sí puedes adquirir un modelo de competición a su precio más bajo. Eso sí, tendrás que montarlo en casa.
Se trata de los kit cars, coches de circuito y carretera que el comprador recibe por piezas y éste construye con sus propias manos. Luego solo necesitarás un motor para instalarlo y, probablemente, el propulsor. El principal atractivo de un kit car es que responde a la filosofía de 'hazlo tú mismo', armar tu propio coche a medida, que se ajuste a tu estilo personal, preferencias y necesidades individuales, ofreciendo una experiencia de conducción única.
El fenómeno de los kit cars surgió en la posguerra y creció de manera en los años 50 y 60, pero en la última década ha evolucionado notablemente. Si los modelos tradicionales estaban diseñados para recrear coches clásicos, los kits modernos tienden a priorizar una mayor eficiencia, utilizando motores híbridos o eléctricos.
El mayor inconveniente del kit car es el tiempo y el esfuerzo que se necesita para ensamblarlo. De hecho, si el kit es muy complejo, puede requerir un conocimiento considerable de mecánica y muchas horas de trabajo. Existen varios modelos, pero dependiendo de la marca, también puede comprarse directamente a alguien que ya lo haya montado. En el mercado actual, hay varias marcas que venden sus propios 'kit cars'.
Esta empresa comercializa el RS sin indicar un precio fijado y sin motor alguno, aunque los expertos prevén que el coste rondará aproximadamente los 100.000 euros.
Se dedica a realiza réplicas de piezas del Ford GT40, a un precio que ronda los 60.000 euros.
Envía réplicas del Porsche 917 sin motor ni aire acondicionado, por un precio aproximado de 50.000 euros.
Realiza piezas de forma muy conseguida del modelo Lancia Stratos de 1970, aunque llega sin motor. Desde STR aconsejan instalar un Alfa Romeo Busso V6 o algún propulsor de Ferrari.
Proporciona el modelo Goblin, que oscila entre un buggy y un coche deportivo. El precio final dependerá de las piezas y el sistema a adquirir.
El coste de mantenimiento de un kit car puede variar mucho dependiendo del modelo, la antigüedad del vehículo y la habilidad del propietario para realizar reparaciones y mantenimientos. La mayoría de las piezas de un kit car son fáciles de reemplazar y relativamente económicas al adquirirse individualmente, con lo cual puede llegar a ser bastante más económico a largo plazo.