A partir del cuarto año de vida todo coche está obligado a realizar uno de los trámites menos apetecibles para los conductores: la Inspección Técnica de Vehículos, o ITV. Y cuantos más años tiene el automóvil, más nos atenazan los nervios ante la perspectiva de un informe negativo. Por eso, no es extraño que más de uno recurra a 'chapuzas' tan ingeniosas que podrían hacer sonreír al mismísimo MacGyver con tal de cubrir el expediente, pero que al final no servirán para pasar el examen.
De las 22 millones de ITV que se realizaron el pasado año, cuatro no fueron superadas en el primer intento, según datos de AECA-ITV. A eso hay que sumarle que el parque automovilístico español tiene una tasa de envejecimiento cuatro puntos superior a la media europea, alcanzando una antigüedad media de casi 15 años.
Muchos conductores intentan ahorrarse unos euros en el taller para arreglar su viejo coche y olvidan que circular en las mejores condiciones de mantenimiento y puesta a punto es de vital importancia, no solo para nuestra seguridad sino para quienes nos rodean. En ese sentido, TÜV Rheinland, multinacional especialista en servicios técnicos que cuenta con 39 estaciones de ITV en toda España, ha recopilado los remedios improvisados más llamativas, no sin desaconsejar encarecidamente tratar de emularlos.
Según la ley, todos los vehículos deben llevar una pegatina que acredite la ITV vigente. La multa por no llevarla puede ser de 100 euros, mientras que llevar tantas que limiten la visibilidad puede costar 200 euros. Se trata de un documento oficial, por lo que cualquier tipo de manipulación es un delito de falsedad documental. Esto puede conllevar multas de entre 6.000 y 12.000 euros, y penas de cárcel de tres y seis meses.
Son muchos los que intentan tapar desperfectos del vehículo usando cinta aislante para disimular durante la inspección. Sin embargo, recurrir a esta práctica es sancionable, ya que llevar la carrocería del vehículo con elementos cortantes es motivo de multa. La cinta aislante también ha llegado a utilizarse para ocultar ciertos chivatos en el salpicadero o para modificar un número o letra de la matrícula.
El cinturón de seguridad no tiene fecha de caducidad, pero a veces su deterioro es evidente. Lo que no impide a muchos conductores remendarlos con hilo y aguja o directamente con grapas, en vez de comprar uno nuevo. Al ser un elemento interior del vehículo, a algunos puede parecerles un detalle secundario que se puede apañar de cualquier manera, pero esto puede implicar graves consecuencias para la seguridad vial.
La sanción por no llevar un retrovisor considerado obligatorio es de 200 euros, aunque si los agentes consideran que el vehículo supone un peligro para la seguridad vial pueden llegar a inmovilizarlo. Para evitar ese castigo algunos conductores han optado por reemplazar los retrovisores por espejos, una práctica que supone un gran riesgo, ya que son elementos críticos para la visibilidad del conductor.
Cada vez es más común manipular los sistemas de emisiones de gases o los filtros de partículas para que los niveles aparenten estar dentro de los límites permitidos. Esto no solo es ilegal, sino que también perjudica al medio ambiente. Llevar el tubo de escape libre o sin silenciador se puede multar con 200 euros.
Todas estas modificaciones podrían resultar en una evaluación desfavorable o negativa en la ITV. Hay que subrayar que la multa por circular con un vehículo con la ITV caducada es de 200 euros -100 con pronto pago-. Ahora bien, si se circula con ITV negativa, la sanción asciende a 500 euros, sin posibilidad de rebaja por pronto pago.