¿Cómo evitamos que el salitre, la arena y el calor dañen nuestro coche en verano?
El salitre es solo uno de los elementos que pueden dañar nuestro coche en verano
El lugar donde lo estacionamos, así como el mantenimiento antes de las vacaciones, son fundamentales para proteger la carrocería y el motor
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Con la llegada del verano es momento de hacer las maletas, coger el coche y acercarse a alguna de las playas con bandera azul con las que cuenta España para disfrutar de un merecido descanso.
Esta situación de aparente felicidad y despreocupación puede traerle algunos problemas inesperados a nuestro vehículo. Además de cuidar la ubicación, resulta esencial realizar una sesión de mantenimiento antes del viaje, sobre todo si el coche ha estado parado mucho tiempo y no tenemos controlado el nivel de aceite, la presión de los neumáticos o la carga de la batería.
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Hay tres elementos ambientales que deben ponernos en alerta cuando estacionamos el vehículo en las zonas de costa: la arena, el salitre y, por supuesto, el calor propio de estos meses.
Dónde aparcar el coche para evitar los efectos del mar
Si queremos minimizar los efectos del ambiente de mar en la carrocería y la tapicería tenemos que escoger un lugar correcto para estacionar el coche. En suma, protegerlo del ambiente abrasivo propio de las zonas de playa y de las altas temperaturas.
Lo ideal sería encontrar un lugar de aparcamiento lo bastante alejado como para reducir lo máximo posible el impacto de la brisa marina, que está cargada de salitre y podría corroer lentamente la carrocería, el motor, las transmisiones, los ejes, las suspensiones y otros elementos.
- La mejor opción es sin duda dejarlo a buen recaudo en un parquin subterráneo.
- Otro factor a considerar es la sombra. El calor es otro elemento que puede dañar la mecánica de nuestro vehículo. Cuando lo dejamos al sol, además de calentar el interior y convertirlo en una sartén, no le hacemos ningún favor al coche.
- Las altas temperaturas hacen más fácil que los neumáticos se desgasten progresivamente y, como mencionábamos más arriba, es esencial controlar regularmente la presión.
- Además, debemos prestar especial atención al dibujo de las ruedas. El mínimo legal es de 1,6mm, aunque lo más indicado, para curarnos en salud, es cambiarlos cuando esté en 2mm.
- Estacionar de espaldas al mar es la opción ideal. Si dejamos el coche en un lugar con edificios que ejerzan de parapeto o muro de contención, tanto mejor. Además de todo ello, podríamos cubrir el con una funda protectora (tienen un precio muy asequible, en torno a 30 euros). Cualquier elemento que le ahorre daño al vehículo reducirá el futuro coste de una reparación, si no hemos tomado las debidas precauciones.
- Otra recomendación: conviene lavar el coche y encerarlo antes y después las vacaciones, para eliminar los restos de salitre. Los cristales de sal son abrasivos, así que hemos de poner cuidado en no hacerlo con una esponja, ya que rallaríamos la carrocería. Siempre es mejor con aire a presión y, una vez eliminada la arena, utilizar agua a presión para lavar los bajos y las llantas.
Los daños de la arena
Este punto admite variedad de recomendaciones para reducir el daño de la arena en la carrocería y el interior de nuestro coche, un clásico del verano en el que no piensa todo el mundo cuando se marcha de vacaciones.
- En zonas de costa, la arena es abrasiva, lo que significa que exponer la pintura, los cristales, las gomas y los faros de nuestro coche a este agente externo hará que se deterioren progresivamente.
- Si detectamos que hay trazas de arena en el aire y un viento fuerte, es mejor reducir la velocidad para minimizar los arañazos de los granos en suspensión en la carrocería.
- De hecho, la arena que nosotros mismos cargamos en las chancletas, las toallas o el bañador podría dañar el interior del vehículo, y por eso es muy aconsejable limpiarnos bien y sacudir las toallas y las bolsas de la playa antes de entrar y sentarnos.
- Colocarle fundas a los asientos y film protector a los faros va a añadir algo de protección extra y nos ahorrará dolores de cabeza. También, sacudir las alfombrillas y aspirar el coche por dentro una vez a la semana al menos; más en periodo de vacaciones.