El verdadero aficionado a los coches en Queen era el batería Roger Taylor, pero Freddie Mercury, sin ser un gran apasionado del motor, también llegó a ser propietario de algunos modelos de lujo. Por supuesto, no los conducía él porque nunca se sacó el carnet. Ya lo hacía su chófer. Su automóvil más rutilante quizás fue un Rolls-Royce Silver Shadow de 1974, todo un éxito de ventas en su época para la marca alemana que simbolizaba calidad, confort, lujo y exclusividad. Lo curioso es que ese viejo coche tuvo muchos años después mayor utilidad de la que nunca tuvo: ayudar a los heridos de guerra de Ucrania.
El exuberante cantante lo adquirió en 1979 y siempre le tuvo un especial cariño. El automóvil estaba terminado en gris plata con interior en piel azul grisácea y contaba ya con un teléfono entre los asientos delanteros, una verdadera rareza en aquellos años. El Silver Shadow fue una de las primeras creaciones de Rolls-Royce con un chasis monocasco, suspensión trasera independiente y frenos de disco. Montaba un motor en configuración V8 de 6,75 litros y era capaz de desarrollar 189 caballos de potencia.
La leyenda cuenta que el coche era el lugar en el que Freddie tenía la costumbre de juntar a Brian May, John Deacon y Taylor para firmar los contratos de la banda durante los años 80. El vocalista lo conservaría hasta su muerte en noviembre de 1991, cuando el VIH acabó con su vida. Después lo heredaría su hermana Kashmira Bulsara, y el modelo apareció en el estreno del musical 'Queen. We Will Rock You' en 2002. Sin embargo, para la película 'Bohemian Rhapsody' de 2018 no se empleo el auténtico Rolls de Mercury, sino otro similar.
La historia de este automóvil daría un giro de guion radical cuando el cantante ucraniano Andrey Danilko, conocido como Verka Serduchka, segundo en el Festival de Eurovisión de 2007 y gran fan de Freddie, lo compró por 88.600 euros. Sin embargo, apenas lo usó. Lo mantuvo casi con los pocos más de 100.000 kilómetros que acumulaba desde que salió de fábrica. Hasta que decidió ponerlo al servicio de una buena causa.
Serduchka lo subastó para recaudar fondos con los que ayudar a los heridos de la guerra de Ucrania. El coche fue vendido el 5 de noviembre de 2022 por 296.834 euros. Dado que Sotheby's renunció a la prima por gestión que le corresponde a la casa de subastas, un total de 328.900 euros fueron para el programa de Superhumans Center, especializado en el tratamiento y rehabilitación de víctimas de guerra con amputaciones o necesidades de prótesis. Sin duda, el servicio más importante que hizo Rolls-Royce de Freddie.