La DGT cuenta con numerosos instrumentos para controlar la velocidad en las carreteras, como los radares. Dentro de éstos, los de tramo son los favoritos del órgano rector de tráfico, porque, según su director general, Pere Navarro, son los más justos. Según los últimos datos, las carreteras españolas cuentan con un total de 92 dispositivos de control de velocidad de este tipo. Este sistema para controlar la velocidad está en funcionamiento desde el año 2010 y se encuentran instalados en autopistas, autovías y carreteras convencionales, pudiendo tener varios kilómetros de longitud, eso sí, siempre deben ser avisados por un panel informativo.
Los radares de tramo son dispositivos utilizados para controlar la velocidad de los vehículos en zonas específicas de la vía, en lugar de hacerlo en los puntos fijos como hacen los radares tradicionales. Esto puede ser más efectivo para desalentar el exceso de velocidad, ya que los conductores no pueden reducir su velocidad temporalmente solo al pasar por un radar fijo y luego acelerar nuevamente.
Cuentan con un sistema de cámaras que graban de forma continua, donde identifican la placa de matrícula de cada vehículo tanto a la entrada como a la salida del tramo. Después, un ordenador relaciona las matrículas iguales y comprueba los tiempos de paso y la velocidad media del vehículo, por tanto, si se superan los límites se procede a sancionar.
Temidos por todos los conductores, los radares de tramo han demostrado ser una herramienta muy eficaz para que los conductores cumplan los límites de velocidad de las carreteras, ganando importancia y presencia en las carreteras de España en los últimos años. Si bien hay conductores que conocen métodos para tratar de eludir las multas que estos radares pueden imponer, es esencial conducir con precaución y respetar los límites de velocidad establecidos.
Castilla y León es la tercera comunidad autónoma con más radares en España y cuenta con el radar de tramo más largo de todo el país. Se trata de la carretera CL-615, en sentido creciente, en la provincia de Palencia, y que une la capital con la localidad de Guardo. Y es el más largo, porque vigila casi 33 kilómetros, arrancando en el kilómetro 34,61 de esta vía. El radar limita la velocidad a 90 km/h, por lo que dependiendo del a cuánto se esté circulando en ese momento, la multa podría ascender hasta los 600 euros e, incluso, podría acarrear pérdida de puntos en el carné de conducir.
El radar de tramo situado en la CL-615 ostenta el puesto al radar de tramo de más largo en todo el territorio nacional. Sin embargo, los radares que le siguen en tamaño no se quedan atrás y presentan características similares. De hecho, el que ocupa el segundo lugar se sitúa igualmente en la CL-615 y comienza su medición en el kilómetro 1,706, cubriendo una distancia de 23 kilómetros hasta llegar al punto kilométrico 24,8, manteniendo la misma limitación de velocidad de 90 km/h.
Por su parte, el tercer radar más largo se encuentra en la carretera comarcal CL-613, una vía que conecta la ciudad de Palencia con Sahagún y que se extiende por un trayecto de casi 60 kilómetros. El radar en cuestión abarca un segmento de 17,45 kilómetros, desde el kilómetro 15,41 hasta el 32,7.