Tener un coche no es ninguna bobería, es algo así como tener un hijo, el cual puede que hayas descuidado un poco con el confinamiento y el teletrabajo al usarlo mucho menos. Pero que lo arranques con menos frecuencia no quiere decir que no tenga sus necesidades, pues sigue teniendo las mismas, por eso tienes que estar atento a algunos aspectos por si fuese necesario su cambio, no vaya a ser que un día quieras irte de ruta y te deje tirado. El aceite, los filtros o los frenos son algunos de los aspectos que más debes tener en cuenta. ¿Sabes, más o menos, cada cuánto deben cambiarse?
Estos dos primeros elementos guardan cierta relación, por lo que muchas veces se cambian al mismo tiempo, aunque es recomendable seguir las pautas marcadas por el fabricante. Aún así, hay varios aspectos que se pueden tener en cuenta para saber si hay que realizar el cambio o no.
Uno de los principales indicadores es el número de kilómetros hechos con el coche, ya que cada cambio estipula un número de kilómetros orientativos sobre el que habría que realizar el cambio, que puede ir desde los 10.000 a los 30.000 kilómetros dependiendo del coche, su antigüedad, etc. Aún así, hay que tener en cuenta el tiempo, pues aunque no se lleguen a los kilómetros establecidos, si pasa mucho tiempo la calidad se pierde y el aceite se deteriora, por lo que se aconseja hacer el cambio. Además, lo más recomendable es que junto al aceite, se haga también un cambio de filtro.
Pero el del aceite no es el único filtro que existe en el coche. Hay otros que también necesitan su repuesto, como el filtro del aire que protege el motor de partículas o impurezas del aire. Si no se cambia cuando se debe puede terminar causando averías, por eso se suele cambiar en cada revisión anual. Por su parte, el filtro de combustible suele hacerse cada dos cambios de aceite o más o menos después de unos 60.000 kilómetros.
El filtro del aire del habitáculo es más que importante para mantener el aire interior limpio, por eso mismo se aconseja reemplazarlo una vez al año. Hay que puntualizar también en el filtro de partículas, donde se acumula el hollín en los coches diésel al que hay que estar especialmente atentos para cuando sea necesario su repuesto, ya que puede generar problemas o averías que no son sencillas de arreglar.
Aunque parezca que los frenos no necesitan mantenimiento alguno, lo cierto es que si quieres ir totalmente seguro en tu vehículo requieren de cierto mantenimiento y revisión de las pastillas y los discos de freno. A pesar de que no existe un momento claro estipulado, sí que es cierto que hay que tener en cuenta cómo se utilizan, ya que los frenazos bruscos aumentan su desgaste
Por lo general el principal consejo es que se revisen cada 20.000 kilómetros, aunque el desgaste puede llegar mucho antes. Por eso mismo hay que estar pendientes de uno de los principales indicadores: el chirrido que suena cada vez que se intenta frenar. Este síntoma es el principal para alertarte de que están algo desgastados y lo mejor es que vayas al mecánico para revisarlos y cambiarlos para poder seguir conduciendo de forma segura.
En cuanto a las pastillas, las delanteras se desgastan mucho antes, por lo que es necesario que se cambien antes. Y algo que debes saber es que normalmente los discos de freno no se cambian siempre que se reponen las pastillas, ya que por lo general se hace cada dos cambios de pastillas de freno, aunque al final todo dependerá del estado en el que se encuentre. Desde que se notan esos primeros síntomas lo ideal es cambiarlos, ya que retrasarlo puede aumentar su desgaste y con ello dañar otras partes del vehículo.